Acharei Mot
- Luis Alfredo De la Rosa
- 3 may 2024
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 14 may 2024
Está porción de la Torah, traduce “después de la muerte”, haciendo alusión a los eventos que acontecieron después de la muerte de los Nadav y Avihu, sacerdotes hijos de Aharon.
Si analizamos bien esta Parasha no está conectada cronológicamente con las dos anteriores, sino con Shemini, la Parasha de hace ya un poco más de dos semanas, y con la Parasha siguiente: Kedoshim(más adelante veremos porque), lo cual nos deja más que claros que la secuencia o el
Orden de la Torah no es cronológico sino que tiene un orden más profundo oculto.
Y hay un par de cosas a las que debemos prestar atención en esta porción:
Está Parasha comienza describiendo el servicio de Yom Kippur, el día más sagrado para el mundo, no solo para nuestro pueblo. Curiosamente la descripción del servicio de Yom Kippur (el día del perdón)está conectada a la muerte de Nadav y Avihu como si la Torah nos quisiera decir que fue su muerte la que reveló la verdadera santidad del tabernáculo y que Al final fue su muerte lo que presagiaba el servicio de Yom kippur.
Como habíamos explicado Los hijos de Aharon por error directamente cruzaron los límites que Hashem había establecido para el servicio divino. Hashem quiere que nosotros sirvamos acá en la tierra a través de nuestras mitzvot, para ayudarle a elevar este mundo material y que este llegue a ser un morada digna de Hashem. Hablábamos del Dirah Betachtonim - el Deseo de una morada. A pesar que en nuestra vida debe ser imperante nuestro deseo de estar conectados con la Luz, el anhelo de unificación con el creador, no podemos dejar que este sea más grande que nuestra misión acá en este plano material. Debemos servir a Hashem a través de nuestra existencia en este plano material.
¿Como lo hacemos? Tratando de revelar la luz oculta en la creación. Exaltando la luz que hay en todo nuestro entorno, ya sea a través de algo tan simple como beraja antes de tomar un vaso de agua, hasta lo más elevado como lo es salvar una vida. Nunca por ninguna circunstancia debemos desear Morir para estar cerca de la luz. No hay ninguna mitzvah que sea más elevada que el Pikuach Nefesh (salvar/proteger la vida). Para Hashem no hay nada más Santo que La vida, y debemos nosotros tenerlo bien presente. Incluso es nuestra obligación trasgredir las prohibiciones de trabajo en Shabbat para salvar un vida. Nuestros sabios explican incluso que lo que si una vida esta en peligro, no estamos violando el Shabbat, estamos cumpliendo con la mitzvah más grande que celebramos en Shabbat, la creación de la vida, es la mitzvah más grande que podemos hacer en Shabbat.
Siguiendo con la descripción del Servicio Divino en Yom Kippur para expiar los pecados, la Torah nos enseña:
כן יעשה לאבל מועד השכן אתם בתוך טמאתם -
Lo mismo hará con la Tienda de reunión, que habita con ellos en medio de sus impurezas.
Rashi, Rabbi Shlomo Yitzchaki, nos enseña que esta frase tiene un valor grandísimo. El nos muestra que aunque estemos impuros, a causa de nuestros pecados, su Shekinah (presencia divina) habita en ellos.
Esta frase es de un valor inimaginable. La Torah nos está diciendo que aún cuando Hashem sabe que nosotros cometemos errores, El (YHV”H) vive en nosotros.
YHVH sabe que no somos santos, el conoce nuestros defectos, nuestras debilidades, nuestras malas inclinaciones, pero eso no lo aleja de nosotros. El quiere estar con nosotros de manera que en los momentos más bajos, en los momentos cuando más necesitemos de La Luz, no tengamos que mirar a ningún otro lado para encontrar ayuda, porque la ayuda viene de Hashem, y El está en nosotros. El soplo vida (Ruaj) en nuestro cuerpo, de manera que siempre le tengamos dentro de nosotros.
Este es quizás uno de los tesoros más grandes que Hashem nos da, ese deseo de habitar en nosotros en medio de nuestras impurezas, a pesar de nuestras impurezas el está ahí para ayudarnos.
Hashem nos ama y nos acepta tal y cual somos. El está ahí para levantarnos, para ayudarnos a crecer, para luchar nuestras batallas, porque en últimas estamos acá porque somos una herramienta para refinar al mundo, estamos acá por cumplir ese Dirah Betachtonim - hacer de este mundo una mirada digna de Hashem, y el sabe que está no es una tarea fácil.
Pero esto no significa que no debemos todos los días tratar de ser mejores personas, no debemos crecer, no debemos cumplir más Mitzvot. Por el contrario, tal y como un padre siempre desea ver a sus hijos crecer, convertirse en seres ejemplares, Hashem espera que nosotros seamos cada vez más Puros, más
Justos, más Sabios, de manera que seamos un reflejo de su presencia en nosotros, que saquemos esa Luz Divina que habita en nosotros, que seamos fuente de Luz para la Creación.
Ahora ¿Cómo podemos lograr esto? A través de la búsqueda de ser Santos - ser Kedoshim… algo que leeremos y estudiaremos en la próxima Parasha, llamada Kedoshim.
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