“Bedikat Jametz: Iluminar la Oscuridad del Alma”
- Luis Alfredo De la Rosa
- 7 abr
- 9 Min. de lectura
En esta época dentro del pueblo judío tenemos una costumbre importante antes de Pesaj, la Pascua Judía, que consiste en buscar cualquier rastro de jametz (levadura o alimentos fermentados) en la casa, usando tradicionalmente una vela, una pluma, una cuchara de madera y una bolsa. Está práctica recibe por nombre Bedikat Jametz.
¿Qué es Bedikat Jametz? – La búsqueda del Jametz
Bedikat Jametz (בדיקת חמץ) significa “la búsqueda del jametz”. Esta búsqueda se realiza en la noche del 14 de Nisán, pero este año se realiza en la noche del jueves 10 de abril, justo antes de el Shabbat HaGadol Antes del primer día de Pesaj.
Está tradición se hace con los siguientes materiales tradicionales: Una vela para ver bien en los rincones oscuros; Una pluma o brocha pequeña (para juntar el jametz; Una cuchara de madera para recoger el jametz; Una bolsa de papel o tela para guardar lo que encontramos; Diez pedacitos de jametz envueltos como pan o galleta, puestos a propósito en distintos lugares antes de la búsqueda;
Antes de que caiga la noche (después de limpiar bien la casa), alguien esconde 10 pedacitos pequeños de jametz en diferentes partes del hogar. Esto se hace para asegurarse de que encontraremos algo y no digamos la bendición en vano.
Se apagan las luces de la casa para usar solo la vela, lo que nos ayuda a concentrarnos y buscar mejor. Con la vela encendida, se camina por la casa buscando cuidadosamente en todos los rincones. Cada pedacito encontrado se recoge con la pluma y la cuchara, y se guarda en la bolsa.
Después de la búsqueda, se dice una fórmula para anular cualquier jametz que no hayamos visto. Es como decir: “Si quedó algo sin darme cuenta, no me pertenece, es como si fuera tierra.”
A la mañana siguiente, se quema todo el jametz que recogimos en un fuego (esto se llama biur jametz). Luego, repetimos el bitul con una versión un poco diferente, para asegurarnos de que no queda nada de jametz en nuestras vidas ni en nuestras casas.
La Halaja, la ley judía, nos dice que esta búsqueda tiene como fin eliminar todo rastro de jametz del hogar, ya que la Torá prohíbe tener jametz durante los días de Pesaj (Éxodo 12:15). Pero nuestros sabios nos enseñan que esta práctica también tiene una dimensión espiritual profunda: el jametz representa el ego, y el proceso de buscarlo y eliminarlo es un trabajo interior de autoanálisis y transformación espiritual.
La Luz fue creada para revelar la oscuridad

Cuando encendemos una vela para hacer Bedikat Jametz, estamos reviviendo uno de los momentos más fundamentales de la Creación. Como dice la Torá:
“Y dijo Elokim: Haya luz, y hubo luz.” (Bereshit 1:3)
Pero ¿para qué fue creada la luz? Nuestros sabios explican que la luz fue creada para buscar dentro de la oscuridad. En la noche de Bedikat Jametz, tomamos una vela, y con ella buscamos el jametz en esquinas, rincones, lugares oscuros y olvidados del hogar, porque ahí es donde suele esconderse… tanto físicamente como espiritualmente.
La vela representa el alma humana: “Ner HaShem nishmat adam” – “La vela de HaShem es el alma del hombre” (Mishlei 20:27)
Es decir, nuestra alma fue enviada al mundo para revelar lo oculto, para iluminar lo que está en sombra, para elevar lo que se hunde en el ego y la separación.
El Jametz – El ego que nos infla

Jametz (חָמֵץ) y matzá (מַצָּה) están formadas por las mismas letras en hebreo, con una sola diferencia: la letra hei (ה) en matzá es abierta y humilde, mientras que la jet (ח) en jametz está cerrada, simbolizando el encierro del ego.
Jametz representa todo aquello que nos infla, que nos hace creer que somos autosuficientes, que todo lo logramos con nuestro propio poder. Es el orgullo, el juicio, la envidia, la vanidad, la ira, la manipulación, el deseo de control… Es la parte de nosotros que se olvida del Creador, y vive como si fuera su propio dios.
Durante Bedikat Jametz, no solo buscamos migas de pan: buscamos restos del ego en nuestra alma.
¿Por qué con una vela?
No usamos linternas, lámparas, ni luces artificiales. Solo una vela. ¿Por qué? Los sabios nos explican que hay tres razones: Porque la vela alumbra suavemente, permitiendo que observemos con detenimiento; luego, Porque el fuego simboliza el alma, la llama espiritual que ilumina desde adentro hacia afuera; y por último Porque la vela también simboliza juicio y misericordia combinados: el fuego puede destruir, pero también purifica y transforma.
Buscar jametz con una vela significa usar nuestra conciencia espiritual para explorar nuestras emociones, pensamientos, hábitos y zonas oscuras con honestidad, pero también con compasión.
¿Qué son las Sefirot? – El mapa espiritual del alma y del universo

Sefirot (סְפִירוֹת) significa “canales” o “emanaciones”. Son los diez atributos divinos a través de los cuales la Luz Infinita (Or Ein Sof) de HaShem se manifiesta en la creación. Cada Sefirá es un aspecto de la Divinidad, pero también vive dentro del ser humano como cualidades del alma.
Cada Sefirá es un atributo divino, pero también se refleja dentro de nosotros como cualidades del alma. Cuando no están alineadas con la luz del Creador, se pueden contaminar con ego.
¿Por qué diez pedazos de jametz? – Las Diez Sefirot
La tradición es colocar diez pedacitos de jametz en la casa antes de la búsqueda. Esto no es solo para asegurarse de encontrar algo. Es un acto profundamente simbólico.
Los diez pedazos representan las Diez Sefirot (סְפִירוֹת), los diez canales a través de los cuales la Luz Infinita de HaShem se manifiesta en el mundo.
Jojmá (Sabiduría) – חָכְמָה: La chispa inicial de inspiración divina. El Ego en Jojmá es puede verse al creer que la sabiduría es propia, pensar que “yo entiendo mejor que los demás”, sentirse superior por conocimiento. Nuestro Trabajo debe estar encaminado a reconocer que la sabiduría es un regalo, no una conquista.
Biná (Entendimiento) – בִּינָה: Es La capacidad de profundizar y analizar. El Ego en Biná puede ser el volverse rígido, dogmático, cerrado, juzgando desde el intelecto sin compasión. Nuestro Trabajo puede estar encaminado a aprender a recibir lo que no se entiende con humildad.
Daat (Consciencia/Conexión) – דַּעַת: El pegamento que conecta el conocimiento con el corazón. El Ego en Daat puede manifestarse al manipular emocionalmente, usar el conocimiento espiritual para controlar o influenciar. El Trabajo nuestro puede ser conectarse desde la conciencia, no desde la necesidad.
Jesed (Bondad) – חֶסֶד: Es el dar sin límites. El Ego en Jesed puede manifestarse al dar para ser reconocido, por orgullo, o dar más de lo necesario por necesidad de validación. Nuestro Trabajo debe ser el comenzar a Dar sin esperar, con pureza de intención.
Gevurá (Disciplina) – גְּבוּרָה: puede entenderse como Límites, contención, juicio. El Ego en Gevurá se manifiesta al ser severo, crítico, autoritario, esconder dureza detrás de la “justicia”. Nuestro trabajo debe estar encaminado a canalizar la fuerza con sensibilidad.
Tiferet (Armonía) – תִּפְאֶרֶת se entiende como equilibrio entre dar y contener. El Ego en Tiferet se muestra como el creer que uno es el “ejemplo perfecto”, caer en la vanidad espiritual. Podemos trabajar en buscar equilibrio para servir a un propósito superior.
Netsaj (Victoria) – נֵצַח se interpreta como Perseverancia, liderazgo, ambición. El Ego en Netsaj se manifiesta como el deseo de ganar a toda costa, dominar, competir, imponer. El trabajo está encaminado persistir por amor al bien, no por orgullo.
Hod (Humildad) – הוֹד se traduce como reconocimiento del otro o gratitud. El Ego en Hod es una falsa humildad, el actuar con modestia exterior pero con orgullo interno. El trabajo debe apuntar a rendirse con dignidad y verdad.
Yesod (Fundamento) – יְסוֹד Se entiende como el vínculo, conexión emocional y espiritual. El Ego en Yesod se puede manifestar al relacionarse desde la dependencia, el deseo de aprobación o manipulación emocional, o incluso a través de deseo sexual o emocional mal dirigido. Nuestro Trabajo acá puede ser el vincularse desde lo sagrado y la verdad.
Maljut (Reinado) – מַלְכוּת es la Recepción/expresión del alma. El Ego en Maljut se puede ver como el querer recibir solo para uno, buscar ser el centro, reclamar sin dar, es la manifestación clara del Ratzon Atzmi, el deseo egoísta. Sentir que uno manda, sin recibir de HaShem. El Trabajo acá es el gobernar reconociendo que todo proviene de lo Alto, y que lo que se recibe se nos otorga para dar.
¿Por qué se quema el Jametz? – Transformar el ego en fuego sagrado
Una vez recogido el jametz, se guarda toda la noche y se quema al día siguiente, antes del mediodía del 14 de Nisán.
¿Por qué lo quemamos con fuego? Los sabios nos enseñan que se hace con fuego porque este no guarda nada para sí, el fuego eleva todo lo que toca y por último porque transforma la materia en energía.
Quemar el jametz representa la decisión profunda de no solo eliminar el ego, sino de transmutarlo, de elevarlo al Creador. Es una acción ritual que refleja un deseo del alma: “No quiero vivir desde el yo separado. Quiero vivir desde la luz, desde la humildad, desde la conexión.”
¿Qué es el Bitul Jametz? – Anulación del ego

Después de quemar el jametz, se dice una declaración llamada Bitul Jametz (בִּטּוּל חָמֵץ), donde decimos:
“Todo jametz que esté en mi posesión, que no vi, que no eliminé, sea considerado como el polvo de la tierra.”
Este acto no es solo una fórmula legal. Es un acto espiritual de rendición del ego, una afirmación profunda:
“Todo lo que quedó de ego dentro de mí, lo anulo, lo considero sin valor, no lo deseo más.”
¿Qué es el Bitul HaYesh? – Anulación del “yo soy algo”
El Bitul HaYesh (בִּטּוּל הַיֵּשׁ) es uno de los trabajos más profundos de la Kabalá. Es la anulación del sentido de “existir como algo separado”.
“Yesh” significa “algo”, una entidad. Bitul HaYesh es el reconocimiento profundo de que yo no soy el centro, que no hay nada fuera de Él, como dice el versículo: “Ein od milvadó” – “No hay nada fuera de Él.” (Devarim 4:35)
Beneficios del Bitul HaYesh
Paz interior: Al dejar de pelear por defender el ego, llega la calma.
Conexión espiritual: La anulación del “yo” abre espacio para recibir la luz de HaShem.
Verdadera humildad: No como debilidad, sino como alineación con la Fuente.
Amor auténtico: Sin ego, el amor es puro y libre de condiciones.
Sabiduría: La mente se despeja y la intuición se activa.
Libertad real: Cuando ya no somos esclavos del ego, somos libres.
Redención personal: Bitul HaYesh es el inicio de la verdadera Gueulá interior.
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Conclusión: El Viaje Interior de la Bedikat Jametz

La Bedikat Jametz no es solo una búsqueda física de migas escondidas en la casa; es un viaje interior profundo, una invitación a mirar hacia adentro con sinceridad. Es descubrir que los rincones más oscuros de nuestro hogar representan los rincones más ocultos de nuestra alma, donde a veces el ego se esconde y se disfraza de virtud.
La vela, símbolo del alma, nos enseña que la luz fue creada para revelar la oscuridad. Así como con una llama buscamos el jametz, con la conciencia buscamos nuestras propias sombras internas, no para juzgarlas, sino para transformarlas.
El jametz representa ese ego inflado, esa sensación de control, juicio o separación que nos aleja de la Fuente. Al dividirlo en 10 pedazos, reconocemos que el ego puede infiltrar cada uno de los 10 atributos divinos (Sefirot) con los que la Luz Infinita se manifiesta en el mundo. Identificar el jametz en cada uno de ellos es reconocer cómo incluso lo sagrado puede ser usado por el ego para alimentar la ilusión de separación.
El acto de quemar el jametz no es destrucción, sino transformación: el fuego representa el fervor del alma que elevando lo denso lo convierte en luz, lo físico en espiritual, lo egoico en sagrado.
Luego, el Bitul Jametz —la anulación verbal y consciente del jametz que no vimos o no encontramos— es una forma de reconocer que lo que no percibimos también puede alejarnos, y por eso lo entregamos al Creador.
Finalmente, el Bitul HaYesh, el nivel más profundo, es la disolución de la creencia de que “yo soy algo separado”. Es reconocer que todo lo que soy, todo lo que tengo y todo lo que experimento es expresión de la Luz de HaShem. Cuando logramos este nivel de bitul, se abre en nosotros un canal limpio para recibir bendiciones verdaderas: paz interior, claridad, humildad auténtica y conexión directa con la Luz Infinita.
Buscar el jametz es, en realidad, buscar regresar al origen. Eliminar el jametz es, en verdad, eliminar la ilusión.Y anular el jametz es, en esencia, despertar a la Unidad.
Que este año esta búsqueda no sea solo una tradición, sino más un acto de despertar, un deseo quemar el ego y conectarnos a la La Luz del Creador.
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