Del Egipto Interior a la Boca que Libera: una reflexión personal
- Luis Alfredo De la Rosa
- 8 abr
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 8 abr
Hace un año, me encontraba atrapado. Estaba teniendo dificultades financieras, y la angustia me llevaba a considerar medidas drásticas: dejar de pagar mi casa, cortar la membresía de la sinagoga, reducir todo lo que parecía no esencial. Pesaj se acercaba, y con él, la presión crecía.
Fui a hablar con mi rabino esperando consejos prácticos, pero sus palabras me sacudieron de una manera que no anticipaba. Me dijo:
“Estás cometiendo un error. Lo que te esclaviza no es la casa ni la sinagoga. Es tu creencia de que tu sustento viene de ti, y que todo lo que recibes no lo devuelves, no lo compartes…Es tu ego el que dice: ‘Yo lo mantengo todo’.”
Y agregó: “Deshazte de ese ego y comienza a vivir como un canal de bendición. Comparte lo que tienes. Cuando devuelves lo que HaShem te da, estás reconociendo que Él es la fuente — infinita, eterna, completa. Deja de vivir en limitación.”
¿Quién es realmente Par’ó? La boca que habla ego

Después de esa conversación, comencé un proceso profundo de introspección. Me detuve a observar cómo hablaba, cómo pensaba, cómo me relacionaba con el dinero y la seguridad. Fue ahí que descubrí algo revelador: Par’ó (פרעה) - El Faraón no es sólo un personaje histórico. Es una energía viva dentro de nosotros.
Nuestros sabios enseñan que Par’ó se compone de dos palabras: פה רע — “Pé - Ra”, la “boca del mal”, la palabra que nace del ego (Ratzon Atzmi).
El Baal Shem Tov enseña que el Yetzer HaRa (la inclinación al mal) no siempre actúa con fuerza bruta. A veces se disfraza de “lógica”, de una falsa “responsabilidad”, que nos dice “yo tengo que controlar”. Pero esa voz, esa boca — cuando habla desde el Ratzón Atzmi (el deseo egoísta y separado) — nos esclaviza.
Pesaj: cuando la boca deja de ser esclava!!!

Y entonces entendí algo que me cambió para siempre: Pesaj (פסח) no es simplemente “la salida de Egipto”. Es el proceso de reparar la boca.
Pé-Saj = “la boca que habla”. Pero no cualquier palabra. Es la boca que habla Emuná, confianza, libertad. La que sale del Ratzón HaElyon, el Deseo Superior, no del deseo egoísta.
Durante el exilio en Mitzrayim, explica el Sfat Emet, el Ruaj (espíritu) de los Hijos de Yisrael estaba tan atrapado que ni podían escuchar a Moshe.
El Arizal enseña que cada palabra que sale de nuestra boca construye una realidad espiritual. Si la boca está conectada con Ra (egoísmo, juicio, limitación), entonces lo que creamos son prisiones.
Por eso Par’ó es el que nos quita el Ruaj, el aliento divino. Dice Shemot 6:9:
“Ellos no escucharon a Moshe, por causa del kotzer ruaj (aliento corto) y el duro trabajo.”
Kotzer ruaj — según el Sfat Emet — es la falta de visión espiritual. Cuando uno vive atrapado en la inmediatez, en el “yo tengo que resolverlo”, la luz divina se oculta.
Y comprendí: eso es lo que me estaba pasando. Estaba tan ocupado trabajando, resolviendo, temiendo… que no podía hablar desde la fe. Mi boca estaba esclavizada por Par’ó.
Pesaj: la liberación de la palabra
Pesaj se convierte entonces en la reparación de la palabra. Pé-Saj, como lo explican el Baal HaTania y otros maestros jasídicos, es la apertura de la boca para revelar la Emuná (fe), la verdad, la bendición.
En Egipto, la palabra estaba esclavizada. Moshe tartamudeaba — simbolizando que la voz profética estaba bloqueada. Pero Pesaj abre la garganta. Nos recuerda que la palabra alineada con HaShem crea libertad.
Por eso el Seder gira en torno a contar (leSaper) la historia. Contar — con conciencia, con intención — es un acto de redención. Porque cada vez que digo “yo soy un canal, no la fuente”, rompo una cadena más del Par’ó interior.
Cuando separamos Saj (סח), de la palabra Pesaj (פ-סח) vemos su valor numérico: 68, igual que Jaim (חיים) — vida.
Hablar desde la Emuná es hablar vida. Cuando usamos nuestra boca para agradecer, alentar, compartir, contar la historia de la redención — esa palabra se transforma en Jaim, en vida que circula, que fluye, que da. En ese momento entendí que no sólo estaba hablando mal de mi situación: la estaba creando con mis palabras.
Kadosh: la separación que nos hace completos

Y entonces, llegó la joya final del aprendizaje. “Kadosh” (קדוש) se traduce como “santo”, pero nuestros sabios explican que su raíz significa “separado”, “apartado” — no para estar solo, sino para estar en comunión.
El Arizal y el Rebbe de Lubavitch enseñan que Kadosh también significa “completo”, porque sólo cuando nos separamos del ego podemos volver a ser uno con la totalidad de HaShem.
Cuando dije: “Mi trabajo no es la fuente. HaShem es la fuente.” Cuando confié, compartí, hablé palabras de Emuná… en ese momento comencé a interiorizar que es ser Kadosh. Me volví uno con la Fuente.
Y cada día es un nuevo Pesaj
Pero no fue un cambio que pasó de una vez y para siempre. Cada día es un nuevo Pesaj. Cada día el Par’ó interno vuelve a susurrar: “¿Y si no alcanza? ¿Y si esta vez no hay sustento? ¿Y si pierdes todo?”. El ego siempre quiere regresar a Mitzrayim, al control, al miedo, a la ilusión de que él es el que manda.
Pero ahora tengo un arma secreta: cada vez que esa voz aparece, doy tzedaká. Aunque sea una moneda, un pequeño acto de dar ya se en mi casa en la caja de tzedakah o en la de la sinagoga. Es mi manera de decirle a mi ego: “Tú no eres mi Par’ó. No eres mi fuente. HaShem es.”
Como dice el Baal Shem Tov: “El exilio más profundo es cuando uno olvida que está en exilio.” Y la libertad más verdadera es recordar que ya somos libres…libres para ser canales de Luz Infinita.
La enseñanza final: la verdadera libertad

El Rebbe de Lubavitch enseñaba que la salida de Egipto es un trabajo de cada día. Cada mañana debemos preguntarnos: ¿desde dónde estoy hablando hoy? ¿Mi voz está construyendo o controlando? ¿Estoy dejando que mi boca declare limitaciones o abundancia?
Pesaj es la salida diaria del alma, de los límites de la ilusión, hacia la expansión de la verdad. Pesaj Es dejar de hablar desde el miedo, para hablar desde el nombre que lo contiene todo: Ehyeh Asher Ehyeh — “Yo Seré el que Seré.”
Y cuando me conecto con ese Ser eterno, cuando hablo desde ese lugar interior donde yo y Él somos Uno, entonces… la boca deja de ser esclava y se convierte en creadora. Entonces… soy libre.
Enseñanzas que me llevo en el corazón
1. Par’ó es toda expresión del ego que cree que la fuente es el “yo”.
2. Pesaj es la boca que habla desde Emuná, que suelta el control.
3. La palabra crea realidades. Toda palabra o la expande… o la encierra.
4. Saj = Jaim. Hablar con conciencia es traer vida.
5. Mitzrayim es una conciencia limitada. El Éxodo es diario.
6. Dar es romper con el ego. Compartir tu bendición abre más canales.
7. El trabajo no es la fuente. Tú eres un canal de la fuente inagotable que es HaShem.
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