Día 5 del Omer - Humildad en la bondad – הוֹד שֶׁבְּחֶסֶד - Hod shebeJésed

Hoy nos enfocamos en corregir la dimensión de la humildad dentro del amor. Hod es la capacidad de reconocer que el otro no necesita que lo “salves”, sino que lo veas. Que el Jésed que ofrecemos no venga desde un lugar de superioridad, sino de empatía. Hod es aceptar que aunque doy, no soy más; y aunque amo, no controlo.

Hod shebeJésed nos recuerda que la bondad verdadera no es grandiosa, es silenciosa. Es estar al lado del otro sin hacerlo sentir pequeño. Es ofrecer una mano sin convertirnos en protagonistas. Es, como me lo hizo ver mi esposa en un video que me mandó hoy: “amar sin que se note que estás enseñando”.

Cuando uno ama desde Hod, no se impone, no espera reconocimiento, y no mide resultados. Ama porque el alma le pide hacerlo, sin esperar que el otro cambie, agradezca o incluso entienda.

Meditación práctica

Hoy, antes de ayudar o acompañar a alguien, hazlo desde la conciencia de Hod. Hazte estas preguntas antes de actuar: ¿Estoy ayudando desde un lugar de humildad o de control? ¿Estoy dejando espacio para que el otro conserve su dignidad?¿Estoy escuchando más que hablando?

Ejercicio espiritual

Realiza un acto de bondad hoy, sin que nadie lo sepa. No lo compartas, no lo cuentes, no lo expliques. Solo hazlo, y observa cómo se siente el alma al amar en silencio.

Hoy hablale a El Dueño del Universo, y dile: enséñame a amar con discreción….Dame humildad cuando doy, y la sabiduría de guardar silencio cuando mi corazón grita por amar. Ayúdame a ser sincero en mi bondad, sin buscar recompensa, solo una mirada que comprenda.

Preguntas para la introspección

¿He ofrecido amor esperando algo a cambio, como gratitud o reconocimiento? ¿Sé ayudar sin que el otro se sienta en deuda? ¿Mi bondad deja espacio al otro para sentirse fuerte? ¿Me atrevo a amar sin aplausos?

Conclusión

Hod shebeJésed nos recuerda que la bondad no necesita escenografía. Que amar con humildad es una forma elevada de conexión con HaShem. Hoy, al cultivar la humildad en el amor, dejamos de mirar cuánto damos y comenzamos a mirar a quién damos.

Porque la bondad que transforma no es la que ilumina al que da, sino la que enciende el alma del que recibe… sin que se dé cuenta siquiera de que fue tocado por algo Divino.