Entregar el Control - Bitajon y Bitul
- Luis Alfredo De la Rosa
- 15 sept 2024
- 3 Min. de lectura
Uno de los grandes problemas de la sociedad moderna es la ansiedad. Los expertos hablan que una de las razones de la ansiedad es nuestro deseo constante de “tener el control”. La ilusión del control es algo que conlleva a la frustración cuando la situación “se nos sale de las manos”.
Podemos tener el restaurante más hermoso, con el mejor chef, el menú mejor diseñado, los meseros más preparados y entrenados, en el lugar perfecto, pero una pandemia viene y el gobierno nos encierra y de pronto no tenemos comensales, algo lo que nosotros no podemos controlar, pone fin a nuestro negocio “perfecto”.
Queremos controlar todo, y este deseo nos genera el dolor. Debemos entender que nuestro trabajo llega hasta cierto punto, y de ahí en adelante hay algo que no está bajo nuestro control, y debemos entregar el control de eso a una fuerza superior que algunos llaman “universo”, otros le llaman “destino”, nosotros en el Judaísmo le llamamos “El Creador”: esa Fuerza Superior y Divina que establece una serie de reglas de Causa y Efecto que gobiernan al mundo.
La Kabbalah nos enseña que “El Creador” quiere que nosotros seamos exitosos y recibamos todo. Pero para recibir todo debemos ceder el control a Él. Una vez hacemos esto vamos a experimentar un “poder” que jamás nuestro intelecto habría podido comprender: “El Poder de la Impotencia”, o lo que en hebreo se le llama “Bitul-Rendirse”
Si, la impotencia es un poder, no una debilidad como siempre lo hemos entendido. La gente asocia la impotencia con el hecharse en el suelo y sentarse a llorar, sentir tristeza porque hay cosas que se nos salen de las mano. Por el contrario, el poder de la impotencia (Bitul), es reconocer que hay cosas que podemos hacer, pero que podemos hacer hasta cierto punto, de ahí en adelante hay algo que no depende de nosotros sino de esa “Fuerza Superior”, depende de Él Creador y debemos someternos a Su Deseo.
Este poder es reconocer que hay algo por encima de nosotros, es reconocer que no somos D-os, somos co-creadores con El, pero dependemos completamente de su voluntad. Nosotros no somos los que le dictamos a D-os quien debe o no tener éxito, quien debe o no recibir dinero, que negocio es bueno para nosotros, que negocio debe tener éxito o no. Nosotros por ejemplo debemos hacer todo lo que esté en nuestro control para que nuestros familiares se curen, pero que ellos se recuperen no depende de nosotros, y si no se recuperan, debemos estar tranquilos porque hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos para que eso pasara.
Cuando entendemos que está impotencia es un poder y no una debilidad entonces comenzamos a experimentar la libertad, la tranquilidad y la paz que trae el Bitajon - “la confianza” en que todo lo que vivimos es perfecto para nosotros, y nos comenzamos a separar del dolor, de la ansiedad y de la frustración.
Estas situaciones que no salen como queríamos, los obstáculos que nos encontramos en nuestros proyectos, están ahí para enseñarnos, como me decía el otro día mi esposa, son nuestros mejores maestros. Prueban si nuestros deseos son realmente fuertes y puros, ponen a prueba nuestra Confianza/Bitajon en “El Creador”.
El Zohar establece que Todo lo que deseamos de una forma real pura y completa acá en este “Mundo de Abajo”, se convierte en un “Decreto” en “Los Cielos” (los mundos superiores). Es entonces cuando nos separamos de “él promedio”, dejamos de estar controlados por las probabilidades, y comenzamos a vivir una vida de “supervisión divina” y los milagros “comienzan a bajar”.
Pero debemos desearlo!!! Debemos desear una vida de felicidad con nuestras parejas, por ejemplo, porque El Creador quiere que seamos felices con nuestras parejas, no escoger hacer parte de la estadística que nos dice que 2 de cada 3 matrimonios terminan en divorcios. Desearlo no significa pedirle a “El Creador” que nos ayude a que nuestra pareja sea la persona correcta para nosotros, sino pedirle que nos ayude a convertirnos en la persona correcta para nuestra pareja, y hacer todo lo que está en nosotros para convertirnos en esa persona, debemos trabajar todos los días en llegar a ser esa persona, al tiempo que entendemos que “El Creador” está en “control de todo los demás” y debemos dejar que El haga su parte, debemos depositar nuestra “confianza”en que todo va a ser para bien.
El propósito de depositar nuestra confianza en D-os, de estar conectado con “La Luz” y de el “Crecimiento Espiritual” es de “tener el Deseo” de no hacer parte de esta estadística sino de estar por encima de el promedio, de ser mejores que el promedio. Tengamos confianza en D-os, pongamos todo de nuestra parte, hagamos todo lo que se requiera y que esté en nuestras manos, pero siempre teniendo presente que “el control” lo tiene El.
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