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Las Plagas en Nuestra Vida


Aprendí la semana pasada a valorar a nuestro Egipto/Mitzrayim y dejar de mirarlo desde una óptica negativa. Egipto está ahí para forjar esa nueva versión de nosotros que esta lista para ser redimidos, para poder llegar a un estado de Yisrael, (Alineado con El Creador) y ser otorgados nuestra Tierra Prometida.


Nos cuenta la Torah en esta parasha que El Creador envió plagas a Egipto (10 Plagas en total, aunque en esta porción solo leemos acerca de 7) al tiempo que endurecía el corazón del Faraón/Paro (פרעה).


Pero y ¿Qué podemos aprender de las 10 Plagas? ¿Hay algún secreto en estas Plagas, o son simplemente un castigo físico a el pueblo de Egipto?


Y es que hay una relación muy grande entre tres pasajes de la Torah que aparentemente no están relacionadas: La Creación, Las 10 Plagas y Los 10 “Mandamientos”. Para efectos del estudio de esta semana encontramos un relación entre las dos primeras.


El ZoHaR nos enseña que el Mundo fue creado a través de 10 enunciados. La palabra mundo en hebreo se escribe Olam - עולם tiene la Misma raíz de Jelem - העלם, escondido, porque en este mundo físico La Chispa Divina de El Creador está escondida a simple vista.


El Faraón, nuestro Ego, el gobernante del Mitzrayim (el mundo de las limitaciones, el mundo físico) se encarga de que todo lo veamos limitado y desconozcamos la esencia divina de toda la creación.


Curiosamente Faraón en Hebreo se escribe Paró - פערו y tiene las misma raíz de Afar - עפר, polvo, porque así como las nubes del polvo en los ojos nos nublan la visión y no nos dejan ver más allá de la nube, el faraón no nos deja ver más allá de lo físico. Es más, La petición de Moshe si leemos bien, es que El Faraón dejara a los Hijos de Israel salir de Mitzrayim para servir a El Creador, no que los liberara.


Las plagas se consideran una forma de “purificar” el mundo de las fuerzas de impureza que se habían acumulado debido al mal uso del libre albedrío y al dominio del materialismo, la idolatría y el ego en Egipto. En este sentido, las plagas corresponden a un “retorno al orden espiritual” y a un realineamiento (Yisrael) de las fuerzas divinas en el mundo. Las plagas actúan como un proceso de rectificación (Tikkun), cuyo objetivo es “restaurar el flujo de luz divina” que estaba presente originalmente en el momento de la creación.


En la primera plaga, por ejemplo, El Creador convierte el Nilo en Sangre Sangre, el Zohar lo relaciona con la Primera declaración “Hágase la luz" asociada a la creación de vida y vitalidad. La plaga de sangre representa la interrupción del flujo de energía divina y la corrupción del sustento que da vida. El Nilo convertido en sangre simboliza el bloqueo del alimento espiritual, una inversión del flujo original de luz divina hacia el mundo.


Esta plaga simboliza un “bloqueo” en el flujo de energía divina. El agua en Cabalá a menudo se asocia con Chesed (bondad), el flujo de luz divina y misericordia. La conversión del agua en sangre significa una interrupción en este flujo divino, lo que representa la “constricción espiritual” y las barreras impulsadas por el ego (El Faraón) que impiden que uno experimente la abundancia divina.


Así como los egipcios fueron privados de agua, una persona debe confrontar y eliminar los bloqueos espirituales en su propia vida que impiden el flujo de la energía y la bondad divina. Sólo cuando se eliminen estos bloqueos se podrá comenzar el viaje hacia la verdadera libertad y la iluminación.


Y asi, La Kabbalah nos va relacionando cada plaga con un enunciado de la creación y con una Sefira del Árbol de la Vida, hasta llegar a el significado de “Endurecer el corazón del Faraón” (Si quieres profundizar más en el tema haz click en este link).


El corazón de Faraón representa la barrera final que debe ser superada antes de que pueda ocurrir la verdadera redención, y de esta manera, su resistencia es necesaria para la revelación definitiva de la Luz Infinita del Creador. Sólo a través de este endurecimiento y juicio final podrá tener lugar la completa transformación y redención del pueblo de Yisrael.


El Zohar también conecta el endurecimiento del corazón de Faraón con las Sefirot (Atributos Divinos), particularmente la Sefirah de Gevurah(severidad o juicio), que a menudo se asocia con la idea de dureza o severidad. La resistencia del faraón puede verse como una expresión de Gevurah desenfrenada, la fuerza del juicio llevada al extremo, donde se vuelve opresiva y destructiva.


En el proceso de rectificación, Gevurah debe equilibrarse con Chesed(bondad), y este equilibrio se logra a través del “Éxodo”. El endurecimiento del corazón de Faraón finalmente conduce a su destrucción, pero a través de esta destrucción, las fuerzas de “Gevurah” son purificadas y puestas en equilibrio con el mayor plan divino de redención.

En conclusión El Zohar nos muestra que en nuestra vida todos pasamos por las Plagas para rectificar y así poder llegar a la redención. En cada peldaño de esa escalera de ascenso del alma nos enfrentamos a un Egipto, y luego viene una “tierra prometida”.


Egipto/Mitzrayim es el aspecto de oscuridad en nuestra vida, es el dolor y los sentimientos y pensamientos de limitación, Mitzrayim es la constricción de nuestra Plenitud. En hebreo Oscuridad se dice Joshej - חושך. Está palabra comparte las mismas letras, y por ende la misma raíz de la palabra Olvido - Shojaja שוכח. Esto nos enseña que la raíz de nuestra esclavitud en Egipto es el olvido. Cuando olvidamos nuestra esencia, entramos en un estado de oscuridad, nos desconectamos de la luz y comenzamos a vivir en Mitzrayim, un mundo donde todo está limitado por lo físico, creo en lo que puedo ver y tocar, en lo que puedo probar físicamente, desconocemos a YHVH,tal y como lo hace El Faraón cuando pregunta ¿quién es este YHVH?. HaVaYah es el Nombre del Creador que trasciende el tiempo y el espacio, y cuando lo desconocemos a merced de ELoHiM, el aspecto de juicio y límites del Creador.


Creo que una enseñanza que podemos sacar de esta porción semanal del estudio de la Torah, es el recordar nuestra esencia divina. Somos seres creados a Imagen y Semejanza del Creador y nuestra esencia no cambia, es Eterna, Buena Y Divina y Valiosa para la existencia de la Creación.


Todos los días en nuestra Tefilah (Rezo), mencionamos el Éxodo de Egipto, no solo porque es un momento histórico crucial para nuestro pueblo, lo decimos porque “Debemos Recordar” Salir de Egipto, salir del mundo de las limitaciones y comenzar a vivir en el mundo de los milagros…debemos recordar la Esencia Divina y Buena que existe en nosotros y este acto es, en sí mismo, un Éxodo de Egipto.


Debemos “Recordar” con gozo y alegría, con una perspectiva positiva, con plena Confianza, sabiendo que todo lo que enfrentamos y todo lo que vivimos es para nuestro bien y que todo lo que necesitamos para salir de nuestro Egipto y sobrevivir a las “plagas”está en eso Divino que habita en nosotros, esa Chispa del Creador que existe dentro de Nosotros, está en nuestra Alma!!!



 
 
 

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