Mishpatim – La Espiritualidad En La Esclavitud y Las Leyes De Responsabilidad Social
- Luis Alfredo De la Rosa
- 18 feb
- 8 Min. de lectura
La porción semanal que nos corresponde estudiar esta semana es Mishpatim, y la primero que creo yo debemos entender es el significado de Mishpatim. La palabra mishpat (משפט), singular de mishpatim, en realidad significa “justicia”, lo que sugiere que Mishpatim son simplemente leyes sobre lo que debemos o no debemos hacer. Son leyes que buscan restaurar el equilibrio de la justicia cuando ha esta sido quebrantada.
Podemos ver esto reflejado en muchas de las propias leyes que vemos en el texto: leemos que si alguien daña la propiedad de otra persona, debe compensarla. Si hiere o perjudica a alguien, debe repararlo o enfrentar un castigo. Todas estas leyes - mishpatim están enfocadas en la restitución y la reparación del daño causado.

Pero una vez que hemos aclarado este concepto en las leyes de Mishpatim, la siguiente pregunta que debemos hacernos es: ¿por qué comenzar a hablar de leyes ahora? ¿Por qué es en esta parashá, de entre todas, el lugar donde aparecen estas leyes? Desde el inicio de la Torá hasta este punto, todo lo que hemos leído ha sido una aparente narración de historias dignas de una producción de Netflix o Cualquiera de los grandes. Mishpatim es la primera parashá que interrumpe la estructura de un relato de historias con una extensa lista de leyes. ¿Por qué ocurre esto aquí? ¿Y por qué aparece aca el concepto del Esclavo Hebreo y las leyes de como debemos comportarnos cuando adquiramos un esclavo hebreo? ¿Acaso no acabamos de leer 2 parashot atrás que salimos de Miztrayim – Egipto donde fuimos esclavos por cientos de años? No tiene mucho sentido que vayamos a pasar de ser esclavos a ser ahora dueños de esclavos, y pero aun:“esclavos hebreos”. ¿Hay quizás alguna conexión entre esto y la historia de como llegamos a ser esclavos?
Si prestamos atención al contexto más amplio, podemos encontrar una pista. Lo último que leímos fue la revelación en el monte Sinaí, que a su vez fue la culminación de la historia del Éxodo de Mitzrayim. Ahora bien, pensemos por un momento: ¿qué sentido tendría hablar de qué hacer con esclavos en este punto cuando no teníamos esclavos? ¿Por qué pensar en una conexión entre esta situación y la historia de Yosef y sus hermanos? ¿Acaso esa historia no pertenece a un pasado lejano?
La respuesta es sí… y no. Es cierto que la parashá Mishpatim ocurre siglos después de la historia de Yosef, pero no podemos olvidar cómo llegamos hasta aquí. Todo el exilio en Mitzrayim comenzó con la venta de Yosef. Él fue, en realidad, el primer hijo de Yisrael en ser esclavizado en Mitzrayim. Luego, ascendió al puesto de segundo al mando de Paroh – el Faraon, lo que finalmente llevó a toda su familia a establecerse allí durante los años de hambruna. Pero después… nunca salimos, no eramos “esclavos” pero a pesar de esto nunca decidimos abandonar Mitzrayim – Egipto y “con el tiempo, surgió un nuevo faraón que no conocía a Yosef" (Shemot 1:8) y nos esclavizo.
Podemos ver entonces que para entender Mishpatim, quizás tenga sentido leer más allá de las palabras, buscar el secreto en el texto, para encontrar mensajes relacionados con lo que nos llevo a estar esclavizados, qué significa ser esclavos y demás. Y si esta teoría es correcta, y las leyes de la Torá buscan reparar los errores del pasado, entonces los errores de Yosef y sus hermanos son precisamente los más importantes para que nosotros tomemos conciencia en este momento crucial.
Desde una perspectiva Kabalística, los mishpatim - leyes que aparentemente son disposiciones legales, reflejan realidades espirituales más profundas relacionadas con la reencarnación de las almas (gilgulim) y el proceso de Tikun - Rectificación.
Las Leyes del Esclavo Hebreo: Un Camino de Refinamiento Espiritual

La Torá establece que un esclavo hebreo servirá durante seis años y será liberado en el séptimo
"Si compras un siervo hebreo, seis años servirá; y al séptimo saldrá libre, sin pagar nada." (Shemot 21:2)
Desde una perspectiva Kabalística, “El Esclavo Hebreo” somos nosotros, no estamos leyendo de un esclavo bajo el concepto físico, estamos leyendo acerca de descenso del alma a el cuerpo. El cuerpo es representando por Mitzrayim, es el Mar de las Limitaciones (Mitzrayim Yam)… el mundo material. El Amo del esclavo es el Ego, ese que nos engaña y nos convence que somos un cuerpo y tenemos Alma, cuando la realidad es que somo un alma Eterna a la cual se le asignó un espacio material, temporal, un cuerpo.
Los seis años de servicio representan el proceso de refinamiento de las seis sefirot del Zeir Ampin: Jesed (Bondad): debemos trabajar en desarrollar la generosidad y el amor incondicional, aprendiendo a dar sin esperar nada a cambio. Guevurá (Fuerza): es buenos enfocarnos en la autodisciplina y el establecimiento de límites saludables, controlando impulsos y deseos. Tiféret (Belleza): se refiere a la necesidad de armonizar la bondad y la disciplina, cultivando la compasión y la empatía equilibradas. Netzaj (Eternidad): es importante trabajar en la perseverancia y la determinación, manteniéndonos firme en nuestros objetivos espirituales. Hod (Esplendor): Fomentar la humildad y el reconocimiento de la belleza en la sumisión a una voluntad superior. Yesod (Fundamento): Dedicarnos a construir conexiones auténticas y relaciones basadas en la confianza y la integridad.
El séptimo año, que marca la liberación, simboliza la Sefirá de Maljut, la Realeza, El Shabbat Espiritual, donde el alma alcanza la manifestación plena de su propósito divino. Este ciclo nos enseña que, a través del trabajo y la introspección en nuestras cualidades emocionales, podemos liberar nuestra alma y conectarnos con nuestra esencia divina. Quizás por eso la palabra "Eved Ivri" (עבד עברי - esclavo hebreo) tiene un valor numérico de 358, la guematria de "Mashíaj" (משיח - Mesías), lo que indica que el proceso de servidumbre y posterior liberación del esclavo hebreo simboliza la redención y elevación espiritual del alma… Mashiaj se entiende tambien como un estado de consciencia divina que todas las almas deben alcanzar!!!
El Esclavo que Rechaza la Libertad: El Apego del Alma al Mundo Material

La Torá describe la situación en la que el esclavo decide permanecer con su amo:
"Pero si el siervo dice: ‘Amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos; no quiero salir libre’…" (Shemot 21:5)
Este pasaje refleja al alma que, debido a su apego a los placeres y comodidades materiales, elige permanecer en el ciclo mundano, rechazando la oportunidad de liberación espiritual. La perforación de la oreja del esclavo simboliza la falta de escucha espiritual; el alma no presta atención al llamado divino para elevarse y, por lo tanto, permanece en un ciclo de reencarnaciones, atrapada en las ataduras del mundo físico.
La Esposa Hebrea y la Esposa Cananea: Diferentes Aspectos del Alma
La Torá menciona:
"Si su amo le da una mujer y ella le da hijos o hijas, la mujer y sus hijos serán de su amo, y él saldrá solo." (Shemot 21:4)
La “Esposa Hebrea”. Simboliza las cualidades espirituales elevadas del alma, aquellas que están en sintonía con lo divino. Cuando el siervo entra en servidumbre ya casado con una esposa hebrea, representa un alma que ha cultivado y desarrollado estas cualidades espirituales antes de enfrentar desafíos materiales. Al finalizar su período de servicio, tanto él como su esposa (sus logros espirituales) son liberados juntos, indicando que las virtudes espirituales adquiridas acompañan al alma en su liberación.
Esposa Cananea: Representa las inclinaciones más bajas o materiales del alma, aquellas atadas a los deseos mundanos. Si durante su servidumbre el amo le otorga al siervo una esposa cananea y tienen hijos, esta unión simboliza al alma que, en su paso por el mundo material, se apega a deseos y acciones terrenales. Los hijos de esta unión representan los frutos o consecuencias de estas acciones materialistas. Al concluir su servicio, el siervo sale solo, mientras que la esposa y los hijos permanecen con el amo, indicando que los apegos y resultados materiales no acompañan al alma en su liberación espiritual.
Este pasaje, desde una perspectiva Kabalística, nos enseña sobre la importancia de discernir entre lo eterno y lo temporal, y cómo nuestras elecciones y apegos en el mundo físico afectan el viaje y la evolución de nuestra alma.
La Prohibición de Maldecir a los Padres: Conexión con Nuestras Raíces Espirituales
La Torá advierte sobre la gravedad de maldecir a los padres:
"El que maldiga a su padre o a su madre, ciertamente morirá." (Shemot 21:17)
En la Kabalá, los padres representan las fuentes primarias de vida y nuestra conexión con las raíces espirituales. Maldecirlos indica una desconexión de estas fuentes, lo que puede llevar a una fragmentación espiritual. Honrar a los padres fortalece la conexión del alma con su origen divino, permitiendo un flujo armonioso de energía espiritual y bendiciones en nuestra vida.
Leyes sobre Daños y Compensaciones: La Ley de Causa y Efecto Espiritual

La Torá establece el principio de "ojo por ojo":
"Ojo por ojo, diente por diente..." (Shemot 21:24)
Este principio refleja la ley de causa y efecto en el universo espiritual. Cada acción que realizamos tiene una repercusión correspondiente en nuestra alma y en el mundo que nos rodea. Ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos nos guía en el camino de la rectificación (Teshuvá) y el crecimiento espiritual, recordándonos que nuestras elecciones moldean nuestra realidad y nuestro destino espiritual
Prohibición de Oprimir al Extranjero: Integración de Todas las Partes del Ser
La Torá nos instruye a no oprimir al extranjero:
"No oprimirás al extranjero, pues vosotros conocéis la vida del extranjero..." (Shemot 23:9)
La prohibición de oprimir al extranjero en la Torá no solo aborda la justicia social, sino que también tiene un significado espiritual profundo. Desde una perspectiva Kabalística, el "extranjero" puede simbolizar aspectos de nosotros mismos que consideramos ajenos o que no hemos integrado plenamente en nuestra conciencia. Estos pueden ser deseos, emociones o pensamientos reprimidos que, al ser ignorados o suprimidos, generan conflicto interno.
Al aplicar esta enseñanza, se nos invita a reconocer y aceptar todas las partes de nuestro ser, incluso aquellas que nos resultan incómodas o desconocidas. Al "no oprimir al extranjero" dentro de nosotros, promovemos la integración y armonía interna, facilitando un crecimiento espiritual más completo y equilibrado. Este proceso de aceptación y reconciliación interna refleja la compasión y empatía que la Torá nos insta a practicar hacia los demás, recordándonos nuestra propia experiencia de haber sido "extranjeros en la tierra de Egipto"
Observancia del Shabat: Reconexión con la Fuente Divina

La Torá enfatiza la importancia del Shabat:
"Seis días trabajarás, pero en el séptimo día descansarás..." (Shemot 23:12)
El ciclo de seis días de trabajo seguido de un día de descanso refleja el proceso de creación y retorno al origen divino. El Shabat ofrece al alma la oportunidad de reconectarse con LA FUENTE ESPIRITUAL, rejuvenecerse y prepararse para la próxima fase de su misión en el mundo material. Es un tiempo sagrado no solo para hacer tefilah para la introspección, la meditación y la renovación espiritual, es un espacio para conectar con nuestra familia.
El shabbat es renunciar a la ilusión de controlar la Creacion, renunciar a la ilusión de ser “El Amo”, y recordar que somos parte de La Creación, y no somos los creadores de ella. Somos receptores de la Sutento - La Parnasah, somo un canal por el cual ella baja de los mundos elevados a este mundo físico, no somos creadores de ella. ¡¡¡Parémonos un dia de cada siete junto al resto de la creación, y agradezcamos a El Creador por darnos la oportunidad de recibir!!!
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En conclusión, la Parashat Mishpatim, no es una simple lectura de leyes de responsabilidad social, o esclavitud, por el contrario es una invitacion a trascender la mera observancia literal de las leyes y a explorar su significado espiritual más profundo. Al reflexionar sobre las leyes relativas “al siervo hebreo y las distinciones entre la “esposa hebrea” y la “esposa cananea”, comprendemos que estas narrativas simbolizan las luchas internas del alma entre lo material y lo espiritual. Este entendimiento nos motiva a evaluar nuestras propias vidas, identificando los apegos que nos retienen y buscar liberarnos de ellos para alcanzar una conexión más profunda con lo Divino.
Para fomentar nuestro crecimiento espiritual, es esencial integrar estas enseñanzas en nuestra vida diaria. Esto implica no solo estudiar y meditar en estos conceptos, sino también aplicarlos en nuestras interacciones cotidianas y decisiones personales. Al hacerlo, transformamos nuestras acciones mundanas en oportunidades de elevación espiritual, alineando nuestra conducta con los principios divinos y avanzando en nuestro camino hacia la rectificación y el propósito del alma.
Shabbat Shalom!!!
La parte literal de justicia y responsabilidad social ya es, en sí, muy bella. El pueblo del libro enseña a ser justos y compasivos con el débil.
La parte mística es profunda y tú explicación me revela cómo llevar las enseñanzas de mi parasha al plano espiritual. Gracias, me encantó