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Purim, Un Modelo de Vida

Purim es la festividad que conmemora la salvación de los Hijos de Yisrael del decreto de aniquilación impulsado por Hamán, el ministro del rey Ajashverosh en el antiguo reino de Paras (Persia). La historia se encuentra en la Meguilat Ester, donde se relata cómo Ester HaMalka y Mordejai lograron revertir el decreto y transformar la tragedia en alegría.


El milagro de Purim ocurrió en el año 3405 del calendario hebreo, que corresponde aproximadamente al 356 a.e.c. (antes de la era común). Este evento tuvo lugar durante el reinado del rey Ajashverosh (Asuero) en el imperio de Paras u’Madai (Persia y Media), después de la destrucción del Primer Beit HaMikdash y antes de la reconstrucción del Segundo Beit HaMikdash.


Desde entonces, celebramos Purim cada año el 14 de Adar (y el 15 de Adar en ciudades amuralladas como Yerushalayim) para recordar la salvación milagrosa que HaShem hizo para los Hijos de Yisrael.


La palabra “Purim” (פּוּרִים) proviene del término persa “Pur” (פּוּר), que significa “sorteo”. Se llama así porque Hamán echó suertes para decidir el día en que ejecutaría su decreto contra los Hijos de Yisrael. Sin embargo, el destino fue revertido, y lo que parecía una tragedia se convirtió en una gran salvación. Este nombre refleja la enseñanza central de Purim: aunque todo parezca al azar, en realidad todo está guiado por HaShem, incluso los eventos que parecen casuales.


Purim, La Autoanulación y la Redención


Purim es una festividad que encierra el secreto del Bitul B’Metziut, la anulación absoluta del yo y la percepción de que todo es HaShem. En su nivel más profundo, Purim no solo conmemora la salvación de los Hijos de Yisrael en tiempos de Mordejai y Ester, sino que revela la esencia de la existencia: que no hay nada fuera de HaShem y que incluso en los momentos de mayor ocultación, Su presencia lo llena todo. Nuestros sabios enseñan que en la Era Mesiánica, todas las festividades serán secundarias, excepto Purim, porque Purim representa la revelación de la Luz en su máxima expresión, incluso dentro de la oscuridad.


El Ari Zal enseñó que la raíz de la existencia es el deseo de HaShem de otorgar Su bondad infinita, y que el propósito del ser humano es anularse completamente ante esa voluntad, dejando de lado su sentido de ego y separación. En Purim, esta anulación se expresa en el mandato de beber hasta no distinguir entre “Bendito Mordejai” y “Maldito Amán”. A simple vista, parece una idea extraña, pero en realidad es un estado de conciencia donde se trasciende la dualidad, reconociendo que todo proviene de HaShem, incluso lo que parece oculto o negativo.


El Baal Shem Tov llevó esta idea aún más lejos, explicando que el verdadero Bitul no es solo la anulación del ego, sino la anulación de la propia existencia independiente. No se trata solo de “anular el yo”, sino de reconocer que nunca hubo un “yo” separado de HaShem. En Purim, este concepto se manifiesta en la historia misma: no hay milagros visibles como en Pesaj o Janucá, sino que todo ocurre dentro del velo de la naturaleza, mostrando que HaShem está presente incluso cuando parece estar oculto. En este sentido, Purim representa la redención final, porque revela la Unidad de HaShem en el mundo material.


La llegada del Mashiaj está intrínsecamente ligada al concepto de Bitul y a Purim. El Ari Zal explica que Mashiaj será el canal máximo de Bitul, ya que no actuará por su propia voluntad, sino que será completamente anulado a la Voluntad Divina. En los tiempos mesiánicos, el mundo entero alcanzará este estado de conciencia, donde la percepción del ego desaparecerá y solo se verá la presencia de HaShem en todo. El Baal Shem Tov enseñó que en los días de Mashiaj, la alegría y la revelación de HaShem serán tan grandes que la celebración de Purim será la única festividad que permanecerá.


Purim es una prefiguración de esta era mesiánica, ya que nos enseña a vivir en un mundo donde HaShem es completamente revelado, incluso en lo oculto. Así como en Purim no hay distinción entre lo bueno y lo malo desde una perspectiva superior, en la redención final desaparecerá la ilusión de la dualidad y se revelará la Unidad Absoluta. La verdadera redención no es solo la liberación de los exilios físicos, sino la liberación de la ilusión del “yo” separado de HaShem. En este sentido, Purim es la llave para entender y vivir la verdadera redención, porque nos prepara para la conciencia de la Era Mesiánica, donde todo será visto como una manifestación de la Luz Infinita de HaShem.


Este es el secreto de Purim: una celebración de la anulación absoluta del yo, donde en la alegría y la festividad se descubre la verdad más profunda de todas: ¡Ein Od Milvadó, no hay nada más que Él!


Purim y la Transformación de la Oscuridad en Luz


Rav Najman explica que en Purim se revela un nivel de luz muy elevado, similar al de la Redención Final. Esto se debe a que Hamán representaba la duda y la oscuridad, y cuando fue vencido, esa oscuridad se transformó en luz. En nuestra vida, también enfrentamos momentos de confusión y desafíos, pero cuando nos conectamos con la alegría y la fe, podemos transformar cualquier situación en bendición.


Bein Arur Hamán LeBaruj Mordejai – Más Allá de la Lógica


Uno de los conceptos más famosos de Purim es la idea de que debemos alegrarnos hasta el punto de no diferenciar entre “Maldito sea Hamán” y “Bendito sea Mordejai”. Rav Najman enseña que esto significa trascender nuestra percepción dualista del bien y el mal y reconocer que todo proviene de HaShem, incluso los desafíos.


Así como en la historia de Purim todo parecía perdido pero en realidad era parte de un milagro en proceso, también en nuestra vida los momentos difíciles pueden ser puertas hacia una redención mayor.


La Alegría como la Clave de la Redención



Rav Najman enfatiza constantemente que la alegría rompe todas las barreras. En Purim, la felicidad no es solo una emoción, sino una herramienta espiritual para acercarnos a HaShem y atraer bendiciones. Dice que cuando una persona se llena de alegría, incluso los decretos negativos pueden ser anulados.


Más allá de cumplir las mitzvot, la clave de Purim es hacerlo todo con simjá (alegría). La alegría no es solo una emoción; es una herramienta espiritual para romper las barreras y atraer bendiciones.


El Talmud dice que cuando una persona está en un estado de alegría pura, puede alcanzar niveles de conexión que ni siquiera los más grandes tzadikim logran con esfuerzo. La tristeza y la preocupación bloquean la abundancia, mientras que la alegría abre las puertas del cielo.


Piensa en un niño pequeño jugando. No le preocupa el futuro ni el pasado, simplemente está presente en el momento, disfrutando. Esa es la energía de Purim: reconectar con la certeza absoluta de que HaShem nos ama y todo lo que sucede es para nuestro bien.


Por eso en Purim tomamos vino, no para perdernos, sino para trascender nuestra lógica limitada y conectar con la alegría más profunda, aquella que nos dice que no hay diferencias entre “Bendito sea Mordejai” y “Maldito sea Hamán” porque todo forma parte del mismo plan divino.


Rav Najman enseña que la conciencia de Purim no debe limitarse a un solo día, sino que debemos llevar su mensaje con nosotros todo el año. Es decir, vivir con la certeza de que todo es para bien, mantenernos en un estado de alegría y confiar en que HaShem está presente en cada detalle de nuestra vida, incluso cuando parece oculto.


Que en este Purim podamos conectarnos con la luz oculta de la redención y transformar cualquier oscuridad en alegría y bendición!



 
 
 

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