top of page

Se Lo Que Elijas Ser Vayikrah

Esta semana entendí que los korbanot son una tecnología ancestral que nos ayuda a moldear mundos superiores en los que existimos, pero no en un plano físico, sino almático. Esta “realidad” en la que vivimos puede ser alterada en la medida en que logremos conectarnos con esos mundos y abramos canales de comunicación entre ellos y este plano material. Este concepto se nos enseña comúnmente como “manifestar” o “materializar”.


Había escuchado de mi esposa una práctica que venimos realizando con nuestra hija menor para inculcarle una mentalidad en la que sepa que es capaz de ser todo lo que desee con el corazón. Todas las noches, antes de dormir, luego del Kriat Shemá al HaMitá, ella repite afirmaciones positivas sobre lo que es: “Yo soy capaz, soy valiente, soy sabia, soy amor, soy compasiva, soy bondadosa, soy hermosa”, etc. La teoría dice que repetir estas frases tiene un efecto grandioso en el cerebro, ya que estos mantras programan la mente para asumir estas afirmaciones como una realidad incuestionable.


Me pregunté entonces: ¿hay un ejemplo de esto en la Torah? Y, ¡oh sorpresa!, lo primero que encontré fue una expresión que cambia el rumbo de la vida del personaje más importante de la Torah después de HaShem. Y, junto con él, cambia la vida de mi pueblo.


Creo que todas las personas que han leído la Torah o la Biblia están familiarizadas con la expresión: “Soy el que soy” (Shemot 3:14).


El contexto de “Ehyeh Asher Ehyeh” (אֶהְיֶה אֲשֶׁר אֶהְיֶה) aparece cuando HaShem le revela Su Nombre a Moshe en la zarza ardiente. Se traduce comúnmente como “Yo soy el que soy”, pero en realidad significa: “Seré el que seré”. En hebreo no existe el verbo “ser” en tiempo presente.


Desde una perspectiva kabbalística, “Ehyeh” es un Nombre Divino, quizás uno de los más elevados. Este Nombre expresa la eternidad y la infinita existencia de HaShem. Ehyeh (אֶהְיֶה) proviene de la raíz hebrea haya (היה), que significa “ser” o “existir”, pero en una forma que implica un estado continuo y eterno. Al repetirse dos veces, indica que HaShem trasciende el tiempo: Él fue, es y será.


Nuestros sabios explican que esta frase revela el atributo de HaShem como el Ser Supremo que está más allá de la comprensión humana, pero que también se manifiesta en la historia de los Hijos de Yisrael.


Desde una perspectiva más mística, “Ehyeh Asher Ehyeh” representa la relación entre la Luz Infinita (Ein Sof) y la Creación. La primera Ehyeh indica la existencia divina en un nivel oculto, mientras que la segunda Ehyeh señala la manifestación de esa existencia en el mundo. Esto alude al proceso de revelación progresiva de la divinidad en la realidad física.


Un Secreto Oculto en el Nombre Divino



Entendiendo esto en un contexto donde Moshe no es solo el personaje histórico del Éxodo, sino que también, como lo establece la Kabbalah, representa nuestra alma, me pregunté:


¿Puede este “Seré el que Seré” ser un secreto para comenzar a pensar que “soy lo que quiera ser”? Así como mi esposa sugirió practicar con nuestra hija… No sería nada raro, porque mi esposa tiene esa capacidad de escuchar una voz interna que llamamos HaShem, pero luego parece olvidar que todas estas “ideas” nacen de su iniciativa.


Analizando la situación, comencé a inclinarme por el “sí”. Después de todo, Moshe se enfrentaba a una lucha interna donde su ego le decía que no era más que un pastor de ovejas y que, además, era tartamudo. Sentía que no tenía la altura espiritual para emprender la misión de sacar a su pueblo de la esclavitud.


Me pregunté entonces:


¿Y si esta historia es una lucha del alma diciéndole al ego que ella (el alma) no puede ser todo lo que quiera porque existe en un cuerpo físico y está limitada por las leyes de la naturaleza (HaTeva)? ¿Y si el ego le susurra que está sujeta a Elohim (el Nombre Divino que rige las limitaciones y las leyes de causa y efecto)?


Es en ese momento cuando Moshe tiene la revelación y conoce a esa Fuerza Eterna que es “Ehyeh Asher Ehyeh”.


Ehyeh Asher Ehyeh” no solo describe la naturaleza infinita de HaShem, sino que también encierra un mensaje poderoso sobre el potencial del ser humano. La estructura de la frase en hebreo sugiere dinamismo y transformación, ya que “Ehyeh” está en futuro: “Seré”. Esto implica que la existencia no es estática, sino que está en constante evolución.


Desde esta perspectiva, el mensaje puede ser: “Seré lo que elija ser”, lo que nos recuerda que nuestra identidad y nuestro destino no están fijos, sino que dependen de nuestras decisiones, nuestra conciencia y nuestra conexión con lo divino.


En la Kabbalah, el ser humano es visto como un reflejo de la Luz de HaShem, con el poder de co-crear su realidad a través de sus pensamientos, palabras y acciones. Así como HaShem se revela progresivamente en el mundo, nosotros también tenemos la capacidad de manifestar nuestro verdadero ser a través del crecimiento espiritual y el esfuerzo consciente.


Por lo tanto, “Ehyeh Asher Ehyeh” puede ser una invitación a reflexionar: ¿Quién elijo ser hoy? ¿Cómo puedo alinear mi vida con mi propósito más elevado? ¿Qué aspectos de mí mismo aún están en proceso de revelación?


Esta enseñanza nos da una visión empoderadora: no estamos limitados por el pasado ni por las circunstancias externas, sino que tenemos la capacidad de definir quiénes somos y en qué nos convertiremos.


Desbloqueando Nuestro Potencial Divino



Si este es el caso, y “Ehyeh Asher Ehyeh” puede interpretarse como “Seré lo que elija ser”, entonces la enseñanza que mi esposa ha inculcado en nuestra hija es más profunda de lo que pensaba. No es solo una técnica psicológica moderna de afirmaciones positivas, sino un principio espiritual inscrito en la Torah misma.


Cuando una persona se repite a sí misma “soy valiente”, “soy fuerte”, “soy compasiva”, está moldeando su realidad y sintonizando su conciencia con un nivel más elevado de existencia. No es simplemente una autoafirmación vacía, sino un acto de creación en sí mismo.


La Kabbalah enseña que nuestras palabras tienen poder. El universo fue creado con las letras y palabras de la Torah, y nosotros, como reflejo de HaShem, tenemos el poder de construir o destruir con nuestra boca.


Si repetimos “soy débil”, “soy torpe”, “soy un fracaso”, estamos proyectando esa realidad y limitándonos a un estado de conciencia que refuerza esas creencias. Pero si decimos “soy capaz”, “soy sabio”, “soy luz”, estamos abriendo un canal para que la Luz de HaShem fluya a través de nosotros y manifieste esa realidad.


El Nombre Divino “Ehyeh” se repite dos veces en la frase “Ehyeh Asher Ehyeh”, lo que puede simbolizar el proceso de manifestación:

1. Primero, la intención – Declaro lo que seré.

2. Luego, la materialización – Me convierto en ello a través de mis pensamientos, palabras y acciones.


Este es el secreto de la creación de la realidad. Primero es el pensamiento, luego la palabra y finalmente la acción.


El Poder De Transformar La Realidad



La Torah nos da herramientas para transformar nuestra existencia. Pero, como todo conocimiento sagrado, estas herramientas pueden ser utilizadas o ignoradas.


Si entendemos que “Ehyeh Asher Ehyeh” significa “Seré lo que elija ser”, entonces cada día tenemos la oportunidad de construirnos a nosotros mismos.


Esto me lleva a una reflexión personal.


He pasado por momentos en los que sentí que no podía ser más de lo que era. Que mi pasado, mis errores o mis limitaciones eran una barrera infranqueable. Pero si HaShem le dijo a Moshe “Ehyeh Asher Ehyeh”, significa que siempre hay un camino para evolucionar.


No importa quién haya sido ayer. Hoy puedo elegir ser alguien nuevo.


Cada mañana, cuando despertamos, recibimos el regalo del neshama shenatata bi, “el alma pura que me has dado”. Es un recordatorio de que no estamos encadenados a lo que fuimos, sino que tenemos el poder de transformar nuestra realidad con nuestra conciencia y nuestra conexión con la Luz de HaShem.


Por eso, hoy decido ser la mejor versión de mí mismo. Porque HaShem ya me dio la clave: seré lo que elija ser.


Aplicando “Ehyeh Asher Ehyeh” en la Vida Diaria


Sabiendo que HaShem nos reveló este Nombre como una clave para la existencia, surge la pregunta: ¿cómo podemos aplicar este principio en nuestra vida cotidiana?


La respuesta es más profunda de lo que parece. No se trata solo de afirmaciones positivas o de motivación personal, sino de vivir con conciencia de nuestro poder divino para moldear la realidad.


1. Reconocer que estamos en constante creación


Cada día es una nueva oportunidad para definirnos. No estamos atados a lo que fuimos ayer. En cada momento podemos elegir cómo reaccionar, cómo hablar, cómo actuar y, en consecuencia, cómo transformar nuestra vida.


Si una persona ha tenido dificultades en su carácter —por ejemplo, si ha sido impaciente, temerosa o negativa—, puede comenzar a repetir en su mente:“Soy paciente” , “Soy valiente”, “Soy luz”


Con el tiempo, este cambio de percepción se reflejará en su comportamiento y en su realidad externa.


2. Sincronizarnos con el flujo de la creación


La Kabbalah enseña que la realidad es moldeada por nuestras palabras y pensamientos.  Nuestros sabios dicen:

“El mundo fue creado con diez expresiones de HaShem.” (Pirkei Avot 5:1)


Esto significa que la creación es un proceso activo y continuo. Cuando repetimos una frase como “Seré lo que elija ser”, estamos alineándonos con ese proceso y participando en la creación de nuestra propia existencia.


3. Elevar nuestra conciencia por encima de la limitación


La frase “Ehyeh Asher Ehyeh” también nos recuerda que nuestra identidad no está fijada. La conciencia limitada nos hace creer que somos definidos por nuestro pasado o nuestras circunstancias. Pero la Torah nos enseña que somos mucho más que eso.


Si HaShem se presentó a Moshe con un Nombre que implica evolución y transformación, significa que nosotros también tenemos la capacidad de trascender cualquier barrera.


Cuando enfrentemos desafíos, podemos recordar esta verdad: No estoy atrapado en lo que fui. Puedo cambiar. Puedo crecer. Puedo ser más.


El Código Oculto en el Nombre de HaShem en Vayikrá



Los kabbalistas revelan que mientras en Bereshit (Génesis) y Shemot (Éxodo) aparece la palabra Torah codificada cada 50 letras, y en Bamidabar (Números) y Devarim (Deuteronomio), aparece codificada la palabra Torah al revés cada 50 letras, En Vayikrah el Nombre de HaShem aparece codificado cada ocho letras . Esto indica que Vayikrá contiene el secreto de la creación de la realidad.


El libro comienza con la palabra “Vayikrá” (ויקרא), donde la última letra, la Alef (א), es más pequeña en el texto de la Torah. Alef representa humildad, la anulación del ego. En la Kabbalah, Alef simboliza la unidad y el equilibrio entre los mundos superiores e inferiores. Esto nos enseña que podemos influir en la realidad física a través del mundo espiritual.


El Poder de la Intención en la Creación de la Realidad


Vayikrá nos enseña el poder de la intención. En los korbanot, la intención con la que se ofrecía el sacrificio determinaba su efecto espiritual. Esto nos muestra que lo que pensamos y sentimos define nuestra realidad.


La Torah nos está entrenando para ver el mundo como algo maleable, donde podemos influir en los eventos y resultados con nuestra conciencia y alineación espiritual.


Vayikrá: El Secreto de la Creación de la Realidad



Nuestros sabios enseñan que los niños comienzan su estudio de la Torah con Vayikrá porque es el libro de la pureza, la transformación y la conexión con HaShem. A primera vista, puede parecer un libro difícil, lleno de leyes de korbanot (ofrendas) y estados de pureza, pero en realidad es un código espiritual sobre cómo alterar la realidad a través del pensamiento, la palabra y la acción.


Desde pequeños, los niños aprenden que la Torah no es solo historia o leyes, sino un sistema que moldea la existencia. Cada mitzvá y enseñanza en Vayikrá cambia la energía del mundo, entrenando la mente para comprender que la realidad no es fija, sino que puede ser transformada con intención, pureza y acción alineada.


Tahará: Pureza Como Frecuencia Espiritual


El concepto de “tahará” (pureza) en Vayikrá no se limita a la limpieza física. En la Kabbalah, tahará y tumá (impureza) son códigos para estados energéticos. Una persona en estado de tahará está en sintonía con la Luz de HaShem. Una persona en tumá está desconectada y experimenta caos.


Desde niños, al estudiar Vayikrá, aprendemos que nuestro nivel de conciencia afecta nuestra conexión con la realidad y con HaShem.


¿Podemos Aprender Algo de Esta Tradición? A veces, nos preguntamos si ciertas tradiciones son aplicables en la vida moderna o si simplemente son costumbres antiguas. Personalmente, cuando veo que mi esposa ha comenzado esta práctica con nuestra hija, me pregunto:


¿Por qué HaShem nos ordenó comenzar con Vayikrá?


La respuesta que surge en mi mente es simple pero profunda:


Lo primero que debemos enseñar a una persona no es información externa, sino cómo funciona la realidad. Si entendemos que el mundo es maleable, que podemos transformarlo con conciencia, pureza y acción alineada, entonces no somos víctimas del destino.


La Torah nos da herramientas para manifestar la realidad deseada. El poder de la transformación personal es el primer paso para cambiar el mundo.


El hecho de que los niños comiencen con Vayikrá no es casualidad. Es un entrenamiento para convertirse en creadores de su propia realidad, desde la conexión con la Torah y HaShem.


——————


Conclusión: El Secreto de la Creación de la Realidad


El Nombre “Ehyeh Asher Ehyeh” revela que la realidad no es estática, sino un proceso en constante transformación.


El presente es solo un reflejo del pasado, y el futuro es el único espacio donde podemos ejercer nuestra voluntad para cambiar nuestra existencia.


La Torah nos enseña que lo que seremos depende de nuestra intención, nuestras palabras y nuestras acciones alineadas.


Este principio es la base por la cual los niños de los sabios comienzan su estudio con Vayikrá, el libro que revela cómo la pureza, la intención y la conexión con HaShem moldean la realidad.


Aprender desde la infancia que el mundo no es rígido, sino una expresión de la conciencia, entrena la mente para convertirse en un creador de su destino.


Para aplicar este secreto en nuestra vida, debemos:

1. Visualizar quién elegimos ser.

2. Afirmar nuestra nueva identidad.

3. Actuar en coherencia con ella.

4. Recordar que nuestra conexión con HaShem es la fuente de este poder transformador.


La Torah no solo narra la historia del pasado, sino que nos da las herramientas para diseñar nuestro futuro.

 
 
 

Comentarios

Obtuvo 0 de 5 estrellas.
Aún no hay calificaciones

Agrega una calificación
Publicar: Blog2_Post

3157181133

Formulario de suscripción

¡Gracias por tu mensaje!

©2024 por De Vuelta al Sendero. Creada con Wix.com

bottom of page