Shelaj- שלך
- Luis Alfredo De la Rosa
- 24 jun 2024
- 5 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun 2024
Unos de los principios básicos que aprendemos en el judaísmo es que la Torah era aplicable hace 3.000 años así como lo es hoy en día y lo será en el futuro. Despues de todo la Torah es eterna y es Verdad, y nos trae enseñanzas que son vigentes a través de todos los tiempos.
En la actualidad, una de las situaciones que más apremian a la sociedad moderna es el manejo de la “ansiedad”, este sentimiento de incertidumbre causado en gran parte por el temor a un futuro incierto o desconocido.
En esta semana leemos una porción de la Torah en la que podemos encontrar que Am Yisrael - El pueblo de Israel, experimentó algo parecido y dudo de Hashem.
שלח לך הנשים ויתרו את ארץ כנען אשר־אני נתן לבני ישראל
(Shelaj Leja) “Envía para Ti “- hombres, para que espíen la Tierra de Canaán que Yo daré a los Hijos de Israel…
10 de estos espías vuelven de la tierra con un sentimiento de ansiedad porque sintieron que ELLOS NO IBAN A PODER VENCER a los habitantes de la tierra, porque eran GIGANTES.
2 de ellos discrepan de esta posición (Caleb y Yehoshua) quienes por el contrario ven que la tierra es buena y que si era así la voluntad de Hashem, nosotros podríamos vencer a los habitantes de la tierra.
La Torah nos muestra que Los espías que tuvieron miedo, fueron castigados y murieron una muerte extraña, y aquellos que prefirieron creer en sus palabras fueron castigados y murieron deambulando en el desierto por 40 años (4 años por cada espía que no creyó) y no entraron a la Tierra de Israel.
Y estos cortos pasukim nos traen muchas enseñanzas, que veo yo podemos tener presentes para aplicar a nuestra vida.
La providencia Divina dicta nuestro destino. En los primeros pasukim Hashem habla a Moshe diciéndole que envíe hombres a la tierra que el va a dar a los Hijos de Yisrael. La tierra ya estaba destinada para nosotros, y los espías no entendieron esto y pensaron que el conquistar la tierra dependía de ellos. Uno de los principios fundamentales del judaísmo es entender y aceptar que todo lo que sucede en el mundo es por diseño Divino. Las cosas no pasan por “casualidad” sino por “Causalidad”. Cada situación que vivimos es por Providencia Divina. Si Di-s nos llevo a vivir una situación es porque hay algo ahí que debemos, podemos y tenemos que hacer. Eso nos llevará a un crecimiento espiritual.
Nunca dudemos de Nosotros o Nuestras capacidades. Cuando sentimos dudas de nuestras capacidades estamos de manera intrínseca dudando de Hashem. Los sabios nos enseñan que si dudamos de nosotros no tenemos Bitajon - confianza en El Creador del Universo. ¿Porque? Tal y como dijimos en la premisa anterior, todo lo que vivimos es por Providencia Divina, entonces cada situación a la que nos enfrentamos hace parte de nuestra misión. Y si no completamos dicha tarea porque dudamos de nuestras capacidades de enfrentar una situación, entonces no estamos entregando nuestra Luz al mundo, pero en esencia nuestra Luz es La Luz de El Todopoderoso que se refleja a través de nosotros, de nuestra alma. Nuestra Alma, explica El Rebbe en Tanya, es una porción divina de La Luz Creadora e Infinita (Chelek Elokai Mi’Maal), tiene la misma “Esencia”. El Insufló nuestra Alma en nuestro cuerpo; entonces cada vez que veamos carencias en nosotros y nos identifiquemos con ellas y las justifiquemos, estamos proyectando dicha carencia sobre El Creador, lo cual nos hace dudar de Su condición de Todopoderoso. Debemos entonces evitar dudar de nosotros porque si nuestra Alma es una extensión de El Todopoderoso entonces también nosotros tenemos la capacidad de sobreponernos a todo, de enfrentarlo todo. Debemos de integrar esto a nuestro sistema de creencias y abandonar la mala costumbre de justificar nuestras limitaciones, de no confiar en nosotros y nuestras capacidades.
Los Gigantes existen. Acorde a la Torah, los Nefilim (נפילים) - Gigantes existen. La Torah nos enseña que no solo existieron si no que existen y siguen existiendo…dentro de nosotros. Los niveles de conciencia que podemos obtener a través de nuestro crecimiento espiritual, pueden llevarnos a disfrutar los “frutos gigantes y dulces” de nuestro trabajo. Muchas veces en la modernidad nos sentimos abrumados y angustiados porque vemos los “gigantes obstáculos” que tenemos que superar o los “Gigantes Enemigos” a los que nos tenemos que “enfrentar” internamente, de manera de poder llegar a conquistar nuestro “Yisrael”. Yisrael es el Angel-(Malaj) al que Yaakov venció para que le diera su nombre. Mi Rav me enseñó que este nombre está compuesto de dos palabras Yashar (ישר) y El (אל), haciendo referencia a “Aquel que se alinea con El Creador”. Alinearse con El creador alude a hacerlo en pensamiento, palabra y acción, es decir aquel que alcanza niveles de conciencia interna de Altruismo Puro, vivir para dar, vivir a través del Jesed (Bondad). Esto nos convertirá en verdaderos Gigantes que todo lo pueden lograr. Los 10 espías que no confiaron en sus capacidades no estában listos para conquistar su Yisrael y por consecuencia no pudieron entrar a la tierra y murieron sin experimentar la promesa de habitar la tierra que mana Leche y Miel. Los dos espías que no dudaron fueron Caleb y Yehoshua. El nombre Caleb nace de la expresión Kulo Lev (כולו לב) “Todo el Corazón” y Yehoshua significa “El (D-os) es mi Salvación”. D-os provee nuestra liberación, así que si queremos vencer a los gigantes y convertirnos en uno tenemos que entender que solo lo podemos alcanzar a través de Amar a Él Creador con todo nuestro corazón (Kol Levaveja), entregarle todo nuestro corazón Al Creador, porque El fue quien nos sacó de la tierra de Egipto de la casa de la esclavitud para entregarnos la tierra prometida, nos elevó del egoísmo al altruismo, porque cuando nos alineamos con El Creador que nos creó a través del Amor y del altruismo puro, podemos convertirnos en verdaderos Gigantes.
Todo en la vida es un balance. El Rebbe hablaba que los espías tenían miedo de qué iba a ser de sus vidas cuando no vivieran en el desierto donde su día a día estaba dedicado al Servicio Divino. Y la verdad es que si pensamos en cómo era nuestra vida cuando habitábamos en el desierto, dejar esa vida de comodidades puede traeremos cierto grado de angustia ¿Qué hacíamos todo el día? ¡Estudiábamos Torá! Nuestra existencia estaba dedicada al crecimiento espiritual. No teníamos crisis financieras ni problemas de dinero. El valor de nuestra moneda no subía ni bajaba. Los precios de la vivienda no eran relevantes para nosotros. Todos teníamos dinero en nuestros bolsillos porque salimos con riquezas de Egipto y solo la gastábamos en Ofrendas para el Servicio del Mishkan. Los espías temieron que las leyes naturales del materialismo fuesen más fuertes que nuestra vida dedicada 100% a la espiritualidad. Y Hashem nos hizo ver el craso error que cometíamos. Todo el propósito de la creación es que nosotros como judíos tomemos control del mundo material, lo conectemos con El, nos comprometamos con El y transformemos lo físico en espiritual. Cuando el mundo físico se transforma, se convierte en la morada que Hashem deseo (Dirah Betachtonim). Elegir permanecer en la burbuja espiritual en la que viven algunas Comunidades (semejando el desierto) puede sentirse bien, pero no encaja con el plan de Divino. Hashem quiere una morada aquí en la tierra, un hogar entre Su pueblo, quiere morar dentro de nosotros. De nada sirve estudiar la kashrut en un mundo donde no existe nada que no sea Kosher, porque no sabremos que tan fuerte es nuestro carácter, que tan firmes son nuestras convicciones. Tenemos que ser capaces de balancear una vida de espiritualidad en donde la Torah tenga aplicabilidad. Tanya nos enseña que El lugar de un Tzadik VeTov Lo (aquel Justo que fue capaz de vencer su inclinación al mal) no hay Tzadik Gamur (Aquel Justo que nunca estuvo en contacto con el mal) que lo pueda ocupar.
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