SHEVI SHEL PESAJ – EL MAR DE LOS FINALES: UNA TRAVESÍA DEL ALMA
- Luis Alfredo De la Rosa
- 18 abr
- 4 Min. de lectura
Actualizado: hace 5 días
En la séptima noche de Pesaj, nos situamos frente a uno de los momentos más trascendentales de la historia espiritual de la humanidad: la apertura del Yam Suf, el mar que se abre para los Hijos de Yisrael. Pero este evento no es solo un recuerdo del pasado, sino una realidad interna y eterna que vive en cada uno de nosotros. Shevi Shel Pesaj no conmemora únicamente una hazaña milagrosa del pasado; es un espejo místico del proceso de redención interior que cada alma atraviesa una y otra vez.
Entre Mitzrayim y La Libertad
Nuestros Sabios y los maestros jasídicos enseñan que cada detalle de este relato es un símbolo espiritual. El Baal Shem Tov reveló que todo lo que ocurre en la Torá también ocurre dentro del alma del ser humano. En este caso:
•Mitzraim (Egipto) proviene de la raíz hebrea Meitzar, que significa estrechez, limitación. No es sólo un lugar físico, sino un estado de conciencia. Representa todas las restricciones internas: el miedo, el ego, el orgullo, la tristeza, el rencor, la esclavitud mental y emocional.
•Los egipcios que persiguen por detrás son las fuerzas del pasado que se niegan a morir. El Rebe de Kotzk decía: “No es el pasado lo que nos encarcela, sino el apego a él.” Esas voces que nos dicen: “Vuelve. No vas a lograrlo. No puedes cambiar”, son las más peligrosas, porque visten de realismo nuestra desesperanza.
•El desierto que nos rodea es el vacío de la transformación. El Maguid de Mezritch explicaba que el alma, al desprenderse de viejas ataduras, pasa por un vacío espiritual, donde no sabe quién es, qué busca o a dónde va. Es la oscuridad antes del amanecer, donde muchos quieren rendirse.
•Y frente a nosotros, el Yam Suf. Pero no es cualquier mar. La Kabalá enseña que Yam Suf se puede leer como Yam Sof – el mar de los finales. Es el límite entre la conciencia esclava y la conciencia libre. Es la barrera que parece infranqueable entre “quién fui” y “quién puedo ser”. El mar representa la ilusión de separación entre mi realidad actual y mi verdadera esencia.
El Primer Paso - La Fe Que Rompe El Mar

Nuestros Sabios cuentan que mientras todos lloraban, paralizados entre el mar y el ejército de Paró, hubo un hombre, Najshón ben Aminadav, que decidió entrar al mar. Caminó hasta que las aguas llegaron a su nariz. Entonces, y solo entonces, el mar se abrió.
El Rebe de Lubavitch enseña que este acto es el símbolo supremo de bitajón, de confianza total en HaShem. No se trata de tener esperanza pasiva, sino de actuar con la certeza absoluta de que HaShem está contigo, incluso si todo parece imposible.
El milagro no ocurrió antes del paso. El milagro fue consecuencia de la fe activa.
¿Y qué hizo HaShem? No eliminó el mar. No desapareció el problema. Lo dividió. Lo transformó en camino. No borró la dificultad, sino que nos enseñó cómo atravesarla.
La Mística del Yam Suf - El Mar de los Finales

El Arizal explica que la apertura del mar reveló una luz espiritual que normalmente está oculta: la Luz del Mundo Venidero, una revelación de los secretos más elevados del alma. Durante el cruce del mar, dice, incluso los niños más pequeños señalaron con el dedo y dijeron: “Este es mi Di-s” (Zeh Eli), porque en ese momento, el alma se fundió con la verdad.
El mar, normalmente símbolo de lo oculto y lo inconsciente, se partió, revelando el camino oculto de la fe. Por eso, la Kabalá enseña que Shevi Shel Pesaj es una noche de revelación mística única. No decimos hallel completo, no porque no hubo milagro, sino porque fue una revelación tan profunda que no puede expresarse en palabras. Fue una epifanía del alma.
Experimentar la Libertad Desde Ahora

El mensaje profundo de Shevi Shel Pesaj es que ya somos libres, pero debemos actuar como tales. El mar se abre cuando actuamos desde la conciencia de libertad.
La enseñanza del Baal Shem Tov es clara: “La redención comienza cuando el hombre cambia su manera de verse a sí mismo.” No es el mar el que debe cambiar. Somos nosotros. Cuando dejamos de vernos como esclavos y comenzamos a actuar como seres libres, el universo responde.
Ser libre no es vivir sin problemas. Ser libre es saber que mis circunstancias no definen mi alma. Es caminar sabiendo que HaShem va conmigo. Es decidir dar el primer paso, aunque no vea el camino. Es mirar al mar y decir: “Tú no me detendrás. Yo fui creado para cruzarte.”
Enseñanza Final
Hoy, cada uno de nosotros se encuentra en ese mismo lugar. Atrás están los temores, las heridas, las limitaciones. Alrededor está el vacío, la desolación, la duda. Y frente a nosotros, ese mar que parece decir: “Hasta aquí llegaste.”
Pero hoy es Shevi Shel Pesaj, y un shevi shel Pesaj muy particular, es el día séptimo, es shabbat, el momento donde comenzamos a vivir en la época de Mashiaj….Hoy, el mar se abre. Hoy, HaShem te dice: “Camina. Yo estoy contigo.” No esperes que el milagro te encuentre. Conviértete en el que provoca milagros
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