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Tazriah

4 de Nisán/5784


Esta semana la Torah nos sigue enseñando acerca de nuestro Servicio Divino, y hace énfasis entre dos conceptos básicos como “Tumah” y “Tahor”, que literalmente traducen “impuro” y “puro”. Y me quiero detener en estos dos conceptos para meditar acerca de ellos.


Hubieron dos sucesos en esta semana que me hicieron enfocarme en estos dos conceptos. El primero, un nuevo miembro de la comunidad, que esta semana tuve la bendición de conocer y aprender de él, me comentaba de sus dificultades para seguir los rezos/conexiones dado que no estaba familiarizado ni con el orden (Seder) de ellos ni con el idioma.


Le comenté que es importante leer primero que se está diciendo en un idioma que estés familiarizado, y aprender el orden para luego poder sentir la conexión. Una conversación bastante trivial y básica pero, que ahora entiendo porque pasó esta semana.


Y el otro suceso fue incluso más normal que el anterior: mi sobrina llegó de viaje y mientras se preparaba para asistir a un congreso me comentaba que nunca me había visto con kippah, y me preguntaba que si la usaba porque era una fecha especial, le comenté que ahora que estoy en este caminar de vuelta a la Torah trato de usarla la gran mayoría del tiempo, que el usar la kippah me ayuda a mantener mis pensamientos y mi actuar nobles y en el camino correcto, para buscar un cierto grado de pureza. Al mismo tiempo le expliqué que este mes era muy importante para todo judío, y ella me dijo que porque “abril” era un mes importante y le dije que en el “calendario hebreo” nos guiamos por meses distintos y demás y ella luego usó la expresión “calendario de la Torah”; justo en ese momento pensé en corregirla y decirle es Hebreo, no de “la Torah”, pero una voz en mi cabeza me dijo no lo hagas…pregúntate mejor “hay alguna diferencia entre el calendario hebreo y el de la Torah?”, y justo en ese momento pensé, ella tiene razón.


Tienen alguna conexión estos dos hechos con la Parasha de la semana? Para mí tienen mucha conexión.


El calendario que seguimos es el calendario que Hashem nos instruyó a través de la Torah, y para muchos que crecimos en un ambiente secular nos es un poco difícil seguir el orden de los días y los meses porque no estamos familiarizados con el.


De la misma forma, leemos la Torah en español para entenderla, porque está escrita en Hebreo, una lengua a la que no estamos acostumbrados leer o escuchar, nos cuesta entenderla. Es la lengua en la que Hashem se la entregó a Moshe…creemos es la Lengua Sagrada (Lashon Ha’Kodesh) porque es la lengua con la que Hashem creó al mundo.


Si nos limitamos a entender esta Parasha en idioma español entonces nos encontramos con dos conceptos que para muchos no tiene sentido. El concepto “puro - Tahor” por ejemplo, en un contexto espiritual tiene mucha conexión a la palabra “limpio de pecado”; y la palabra limpieza nos  lleva a pensar en algo “libre de mugre, o suciedad”. Por el contrario el concepto de “Impuro - Tumah” la asociamos con “con pecado” y “sucio”.


Podemos entender, aunque a veces nos parezca extraño, que estar en contacto con un muerto hace que  una persona entre en un estado de Tumah, ya que la muerte es un estado de descomposición del cuerpo físico y eso nos puede impurificar… asociamos a la muerte con espíritus que no queremos entrar en contacto, así sea de un familiar nuestro.


Pero por otro lado leemos que una mujer que acaba de dar a luz entra en un estado de Tumah por haber  dado a luz, y enseguida pensamos, que situación de suciedad está asociada con dar a luz? Nos surgen contradicciones ideológicas cuando uno lee que se entra en un estado de “suciedad al crear la vida” porque la “capacidad de engendrar una vida” está asociado directamente con algo “divino” y lo divino y lo impuro no van de la mano.


Este estado de Tumah, incapacitaba a la Persona de asistir al Mishkan, O de tocar o consumir algo que fuese considerado Sagrado. El proceso de pasar de un estado de Tumah a un estado de Tahara (pureza) dependía de aquello que lo había llevado a el estado de Tumah.


A esto se suma que además que estas acciones o situaciones nos llevan a un estado de Tumah, la Torah no nos da las razones por las cuales ellas están ligadas al  Estado de “impureza”, haciendo mucho más complejo nuestro nivel de comprensión.


Pero es que, en el idioma de la Torah, El Hebreo, el Idioma Sagrado, el concepto de Tahor y Tumah no están directamente asociados a eso que entendemos en español. La Torah es un manual de crecimiento almático, espiritual e intelectual, no es solo un libro de historias del Pueblo Judío. Entonces, tratar de entender estos conceptos fuera de este contexto de crecimiento espiritual, además asociado a lo que entendemos en español es un error craso. Entender este estado de Pureza e Impureza como algo físico exclusivamente convierte a el judaísmo en una religión más, algo que aquellos que caminamos en este sendero sabemos dista bastante de la realidad.


Pero entonces a qué se refiere este Tahor-pureza o Tumah-impureza que habla la Torah? Aceptar estos decretos como algo que nos conecta con la Luz Divina es un acto de Fe-Emunah, algo que todos debemos hacer….pero entender ¿qué debemos comprender de esto?, ¿porqué lo hacemos?, ¿cómo nos ayuda a crecer espiritualmente? es un acto de anhelo a apegarse a la Luz, es un acto de búsqueda de la “Unificación” con Hashem (El Eterno Creador).


Y la verdad es que entender que estas leyes llevan un trasfondo, una realidad espiritual profunda es algo que debemos tratar de captar con nuestro intelecto limitado. Las semanas anteriores había aprendido que el Mishkan no solo se refiere al lugar físico sino también a un lugar de congregación espiritual en el cual nos encontramos con La Shekinah (la Presencia Divina), que los Korbanot no solo son sacrificios animales, sino procesos de corrección para no despegarnos o separarnos de La Luz, el deseo de demostrar nuestro anhelo por acercarnos a Él Creador. Que el comer ciertos animales y sacrificarlos (Shejaita) nos ayuda a limpiar físicamente nuestro cuerpo y  nos ayuda a limpiar y así preparar nuestro Nefesh- espíritu para un proceso de elevacion a un nivel de Neshama- Alma.


Una vez tengamos esto presente entonces comenzar a entender que este proceso de impureza no está solo haciendo referencia a algo de suciedad física, o a algo que esté relacionado con el pecado, estamos hablando de un estado de capacidad energética-espiritual de conectarnos con la Luz, un momento en donde va a ser difícil encontrarnos en Nuestro Mishkan con la Chispa Divina que Mora en medio de nosotros.


Es entonces cuando podemos comprender que la Tzaraat (mal traducida Lepra) como castigo de Lashon HaRa (hablar mal de alguien o chismear) hace referencia no solo a un tema físico, sino a algo espiritual. Tzaraat era una señal que aparecía en las paredes de nuestras casas y luego, en nuestras ropas y finalmente se manifestaba en manchas en la piel. Poco a poco nos afectaba más y más, hasta llevarnos a un punto de aislamiento de la sociedad. Esto, decia el Rebbe, nos mostraba que era señal de que la persona que la padecía no era una mala persona, pero carecía de conciencia de que lo que decimos o hablamos de alguien puede afectar negativamente su imagen ante los demás. Pero el Lashon HaRa es algo que si hacemos constantemente entonces puede llegar a afectar no solo nuestro cuerpo sino también nuestra alma. Por eso iba progresando de “La Casa” (la piel de nuestro hogar) hasta llegar a mancharnos a nosotros (el alma de nuestro hogar).


Podemos ver claramente cómo una mujer que acaba de dar a luz, necesita un “break” para recuperarse físicamente de ese proceso tan doloroso que es el parto en donde pierde grandes cantidades de sangre/fluidos y necesita recuperarse físicamente. Además, pasa por un momento en el cual el desbalance hormonal al que todas las mujeres están expuestas luego del parto, le va a dificultar o imposibilitar esa conexión con su Mishkan interno, ya que esa vida que durante meses estuvo alimentándose de su Alma, de su cuerpo, de su Vida, tanto así que se sentían una sola, ahora se desprendió y dejó un vacío que toma tiempo recuperar. Ese tiempo de Tumah se da para brindar un espacio a que el foco de la mujer sea esa nueva vida que llegó al mundo, no ella. Esa Tumah es doble para cuando es una criatura mujer, porque su alma entregó más porque la persona que se engendró tendrá la capacidad de generar/gestar vida…su pérdida es doble decía El Rebbe.


La ausencia de circuncisión también nos impide contectarnos con La Luz. Pero y como algo con lo que nacemos nos separa de la luz? El prepucio es algo que recubre el Glande, el órgano sexual masculino con mayor número de terminaciones nerviosas. Mantiene la sensibilidad de esta parte de el pene ya que lo cubre del contacto y al tiempo lo hace más sensible a la fricción. Cuando esa capa no existe el glande queda expuesto, y debido a su contacto constante con otras superficies se va insensibilizando. Este proceso aparentemente meramente físico tiene muchas re percusiones a nivel espiritual. Cuando un hombre busca consumar su relación de pareja solo para la satisfacción y gozo personal, entonces se separa del significado espiritual de el acto. Mientras que el hombre que busca consumar la relación no solo por el placer propio a través de la penetración con un pene menos sensible, se enfoca en entregar energía, entregar amor, entregar pasión…. Este sentimiento de el deseo de “entregar” hace de él acto algo sagrado, algo que es más digno de generar y concebir una vida, hace que este acto se enfoque en el entregar y que el placer, que el gozo venga de el entregar y no tanto del recibir, nos deshacemos del egoísmo y transformamos uno de los momentos más animales, más egoístas en un momento de elevación espiritual. Si nuestra relación con nuestras parejas busca solo satisfacer un placer físico entonces nunca podemos entender que La Luz es solo bondad y que la Luz siempre crece al dar, recibir es una reacción al entregar, la conexión con El Creador debe basarse en dar amor, dar placer, dar felicidad sin egoísmos!!!


Entendemos Tumah entonces como aquel bloqueo energético espiritual que le impide a nuestra alma, a nuestra consciencia, ser uno con la Luz Divina, con nuestro Creador. Tahara es simplemente la restauración de la armonía espiritual/almatica que nos facilita la conexión/unificacion con el Ein Sof.


Esta perspectiva hace referencia al poder transformador de la purificación/santidad espiritual. Tumah es un estado mental/espiritual de aislamiento y por el contrario Tahara es el estado de comunicación constante, de comunión con Hashem, ambos estados que van a afectar directamente nuestro navegar es este viaje existencial que llamamos Vida.


Este, creo yo, es uno de los tesoros de los que habla mi Rav, debemos tratar de encontrar en el estudio de las Parashiot.

En Tazria encontramos un momento en que Hashem nos insta a alcanzar y mantener un nivel de sensitividad alto respecto a la santidad y pureza de la vida, nos exige estar en una busqueda constante de pureza y nos muestra que hay momentos en los que nos vamos a encontrar con dificultades y con bloqueos que nos van a alejar de La Fuente de Luz Eterna, y cómo enfrentarlos y aceptarlos.


Busquemos estar entonces en un estado de Tahor, alejándonos de factores y acciones que nos separen de la Luz, busquemos que nuestras palabras y nuestras bocas se mantengan puras, cuidémonos de hablar mal de los demás, cuidemos de nuestras relaciones de pareja entendiendo que la consumación de ese amor no debe ser exclusivamente para un placer personal. Al tiempo entendamos que hay situaciones en las que vamos a entrar en una fase de Tumah, y utilicemos ese espacio para encontrar el balance, encontrar nuestra paz, meditar en nuestras fallas, y tomar las acciones necesarias para corregirlas.


Shabbat Shalom!!!


NGBA








 
 
 

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