Día 3 del Omer - Tiferet shebeJésed – Belleza y armonía dentro de la bondad.
- Luis Alfredo De la Rosa
- 16 abr
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 abr
Ayer meditábamos sobre la belleza que nace del equilibrio: entre el impulso de amar y la necesidad de poner límites. Entre Jésed, que fluye como un río sin barreras, y Gevurá, que sabe contener como una represa sabia. Tiferet, justo en el centro del Árbol de la Vida, es más que equilibrio: es la unión sagrada de fuerzas opuestas, la compasión divina que siente, discierne y actúa desde la verdad del otro.
Tiferet shebeJésed - la belleza y armonía de la bondad nos enseña que no siempre dar es lo correcto, y no siempre el silencio es ausencia. A veces, el alma frente a ti no necesita más regalos, sino un espacio para revelarse. bondad con armonía es dar lo que el otro necesita, no lo que yo necesito ofrecer. Es dejar que el amor fluya, pero con sabiduría.
Reflexionemos acerca de nuestras relaciones: Pensemos quizás en alguien a quien últimamente hemos querido ayudar, guiar o apoyar. Pregúntemonos:¿Estoy realmente percibiendo su necesidad, o estoy dando lo que a mí me parece bueno? ¿He preguntado, escuchado, sentido antes de actuar?
Ejercicio práctico
Hoy, en un momento de dar (una palabra, un gesto, una ayuda), pausemos antes de ofrecer. Cerremos los ojos un instante y digamos internamente: “Que lo que dé nazca del amor, pero también de la comprensión de su alma.”
Hablemos con HaShem quizás con una Tefilá personal pidiendo que nos de un corazón que reconozca la necesidad verdadera del otro. Que nos ayude a dar con una bondad que contenga belleza y compasión elevada.
Lección espiritual
La espiritualidad auténtica no está solo en grandes actos de entrega, sino en la precisión compasiva. Tiferet ShebeJesed nos enseña que dar con armonía es escuchar antes que hablar, mirar antes que intervenir. La belleza espiritual no es excesiva ni limitada, es exacta, como una melodía en su tono justo.
Nuestros sabios dicen que Yaakov Avinu encarna esta sefirá. Su vida fue un continuo balance entre amor, verdad y responsabilidad. Aprendió a dar cuando debía y a retirarse cuando el alma del otro necesitaba crecer por sí sola.
Preguntas para la introspección
¿Cuándo fue la última vez que di desde la necesidad de sentirme útil, y no desde la compasión real? ¿Escucho verdaderamente lo que el otro necesita, o actúo desde mis suposiciones? ¿Sé estar presente sin intervenir? ¿Puedo reconocer la belleza en el equilibrio emocional y espiritual?

Conclusión
Hoy, en Tiferet shebeJésed, aprendemos a amar con sabiduría, Aprendemos a no apresurarnos a dar por impulso, sino a detenernos, mirar al alma que tenemos enfrente y preguntar: ¿Qué necesita esta chispa divina de mí hoy? No siempre será un regalo. A veces será un espacio. No siempre será un consejo. A veces será solo tu presencia.
El verdadero amor está impregnado de belleza cuando nace del entendimiento profundo. Esa es la compasión elevada: la que fluye desde el corazón, sí, pero con dirección divina.
Hoy, no solo doy: Hoy me convierto en canal de armonía.
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